Es muy difícil localizarlo. E incluso mensajearlo ya que la diferencia horaria con sus últimos y recurrentes destinos (Australia, Sudáfrica o Nueva Zelanda) complica mucho cualquier chat. A sus 27, Martín Landajo se encamina a repetir (“pero a mi manera”, agrega) la historia de otro medio scrum que, cómo él, salió del SIC y se transformó en líder absoluto de Los Pumas: Agustín Pichot. “Cada historia es única, él hizo la suya y yo haré la mía”, comenta con una sonrisa Martín (o “Marta”, como le dicen los amigos) a la vez que recuerda cuando Pichot lo hospedó en su casa de París cuando él apenas tenía 17 años. “Estaba de gira con el club y con dos amigos nos quedamos dando vueltas por Europa. Sin conocernos, Agustín nos abrió las puertas de su casa. Nos prestaba su auto para salir de noche y todo. Un genio”, rememora. Hoy su presente está ligado tanto a Los Pumas como a Jaguares, ese flamante equipo 100 por ciento argentino que nació para competir en el Super Rugby, uno de los torneos más exigentes a nivel mundial. Para ser parte de ese grupo, Martín y todos sus compañeros debieron renunciar a la posibilidad de jugar en clubes de Europa.
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