-¿Cómo se traduce esta competencia puertas adentro? ¿Genera algún conflicto?
-Los dos queremos ganar, eso es divertido, aparte porque el resultado no depende de ninguno de los dos. Sería lindo que no haya diferencias abismales en rating porque eso es más doloroso.
-¿Sos competitiva?
-Re, quiero ganar y lo asumo. Prefiero que siempre gane el mejor y en este caso soy yo (risas). Adrián es igual y como nuestro vínculo se basa en el humor lo único que aporta a esta situación son muchos chistes. Es obvio que a Adri se le ocurren más que a mí. No hay nada más profundo ni complejo en este asunto. No podría ser de otra manera, no me bancaría un marido que no me dejara irme a Telefé. Lo rajo a los dos segundos.
-¿Cuánto tenés de Mara y cuánto de Nina?
-Son muy extremas, pero tengo un poco de cada una. Soy la mezcla perfecta. Mara es un tanto siniestra, pero me reconozco en ese lugar también… soy irónica y a veces le pongo algo de maldad a mis chistes. Claramente trato de reprimirme porque quiero ser buena persona. De Nina tengo la nobleza, la bondad y lo que más reconozco es la vocación y la pasión que le pone. En eso soy idéntica.
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