Luz

-¿En qué deberías educarte más?
-¡En tantos aspectos! En mi carácter, soy muy explosiva y efervescente. Puedo estallar y bajar en segundos como una pastilla de vitaminas que se disuelve. Cuando es tan breve me doy cuenta que podría haberlo evitado. Soy como un volcán ariano que me encantaría aprender a domar. Por otro lado, el desorden es una gran carencia en mi vida.
-¿Tanto?
-Soy un espanto. Y más cuando estoy muy ocupada como ahora. En mi caos yo me entiendo. Nunca pierdo nada, pero nadie puede encontrar dónde están las cosas. En invierno puedo tener un sillón con siete tapados tirados. En la convivencia se vuelve un poco desagradable el tema.
-¿Y Adrián cómo se lo toma?
-Él es súper ordenado, pero a su vez muy paciente, salvo algún chiste nunca me hizo un planteo real de mi desprolijidad. El armario de él está ordenado perfectamente por color, usa un plato y lo lava inmediatamente. Bueno, yo soy todo lo contrario, nunca tengo urgencia de ordenar.
-¿Cómo organizás tu rutina hoy con tantas horas de grabación?
-¡Es agotador! Lo primordial es planear el día de Margui. Apenas llego a casa tiro todo y me pongo a jugar con ella porque la extraño mucho. Hago eso hasta que se duerma, después como, me saco el maquillaje, me baño y demás. Los fines de semana soy madre total.