«No soy un pibe talentoso, termino destacándome por la garra que le pongo a todo. La primera vez que quise hacer surf, me fue muy mal, me golpeé contra las rocas y vendí mi tabla… Después de unos años busqué la revancha -como siempre- y me fui a Costa Rica e hice todo para lograrlo. También viajé tres meses a practicar a Hawaii y para mantenerme trabajaba de jardinero, tipo Ama de casas desesperadas (risas)».
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