Una vez en el piso asignado, ambientados según las colecciones que pueden ser medievales, piratas o de súper héroes, alfombras, paredes y puertas transportan a chicos y grandes a un mundo de juegos sin límites. Las habitaciones son auténticas réplicas en escala de los juegos que se venden en cajas y como una búsqueda del tesoro, hay sorpresas a descifrar escondidas en el cuarto. Allí, todo está pensado para que los chicos estén entretenidos y seguros y los papás descansados.
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