“En Córdoba me levanto todos los días escuchando pajaritos y rodeado de mi familia, animales y árboles frutales. Alucinante. Mi hija mayor, Agueda, va a una escuela de pedagogía Waldorf que queda bien cerca, al pie de la montaña, y que tiene muchísimo que ver con ese estilo de vida.
Con el arte, el amor y el respeto a la vida en todas sus formas”.
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