“Gracias a Los Ricos no piden permiso me di cuenta de que no soy tan prejuiciosa como pensaba. Hoy prefiero hacer un poco de todo y probarme en lugares en donde no estoy acostumbrada. Entre colegas también existe el preconcepto de que cómo una actriz de cine va a hacer un culebrón. Lo cierto es que la pasé genial con esa novela y me fascinó hacer de mala”.
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