A mí me encanta vivir con mi novio, Juan Ingaramo. Siempre está esa cosa de condenar la convivencia como que te arruina la pareja pero para mí es al revés, te da un montón de libertad. No tenés el problema de estar día a día vendo qué haces, donde dormís, etc. Ese conflicto no existe. Sin importar lo que haga cada uno, después nos encontramos en casa, a la hora que sea. Tratamos de que cada uno realice sus planes con libertad y siempre es lindo ese encuentro en el hogar, muy simbólico.
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