Fiel a su esencia, Ramírez limitó la paleta a blanco, negro y crudo. Líneas simples y detalles retro se descubren en prendas clásicas que se convertirán en imprescindibles. “La clave es que por primera vez Ramírez se va a producir a nivel industrial pero con los mismos cuidados en el corte, la confección y la elección de los materiales. Es que nos une la idea de hacer prendas que perduren en el tiempo”, desarrolla Verdier.
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