Aceite de Oliva
Este básico de la alacena no sólo condimenta tus ensaladas con aroma, textura y sabor, también es un aliado para humectar y proteger tu piel. Rico en vitaminas A y E y un elevado contenido de ácidos grasos (siempre en su versión extra virgen), permite reparar y renovar la piel en profundidad. Se puede en reemplazo de la espuma de afeitar tradicional para lograr un rasurado sin irritación. También es muy efectivo para suavizar las cutículas resecas y para humectar las uñas. Para talones agrietados, exfolialos por la noche, se aplica unas gotas de aceite y se aconseja dormir con medias de algodón para lograr mucha hidratación.
Aceite puro de Coco
Se convirtió en un boom en el mundo de la alimentación y de la cosmética. Su altísimo contenido de vitaminas E y K y de ácidos grasos lo convierten en un potente remedio natural contra la resequedad, tanto de la piel como del pelo. Es perfecto para reparar puntas florecidas y maltratadas. Se recomienda aplicar sólo o combinado con acondicionador. Su textura suave es ideal para humectar áreas delicadas como labios y contorno de ojos. Además, contiene ácido láurico que combate las bacterias que causan el acné.
Aceite de Palta
Con todos los beneficios que posee esta fruta (ácidos grasos, vitaminas A, B, C, D, E y K, y minerales), este aceite es un combo ideal para pieles secas y maltratadas por el sol y para cabellos opacos. Su poder antioxidante protege y repara las fibras capilares para lograr una melena mucho más sana y luminosa.
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