“Yo me siento cómodo hablando desde el corazón, creo que ahí se funde todo. En líneas generales el mundo ecológico se ha vuelto un territorio de combate, una arena donde vale más lo punitivo que otra cosa. Cuando estuve en Argentina también vislumbré ese problema. Para mí eso no es la ecología, sobre todo porque vivimos en un mundo que está cada vez más paranoico, repleto de luchas y conflictos”.
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