A sus 10 años, y en el marco de la última y más feroz guerra civil de Argelia (según cálculos oficiales, dejó más de 200 mil muertes), sus padres (músico de jazz, él y arquitecta, ella) decidieron cambiar ese país por la aparente tranquilidad de París. Allí, la vida de la pequeña Sofia (así, sin acento) también comenzó de nuevo.
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