«Este se preciaba de ser un país de grandes oficios y excelentes productos. Pero en las últimas décadas esto se perdió. Se prima lo rápido, nunca sabés lo que va a pasar y eso hace que parezca insensato poner esfuerzo en lo que uno hace. No pasa sólo en la indumentaria sino en todos los rubros. Creo que se perdió el disfrute de hacer el trabajo y estamos pensando en el resultado más que en en el proceso. Pasa un poco en todos los niveles», reflexiona Cantón.
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