«Al principio fue bastante caótico porque soy muy obsesiva. Para mí fue una bendición y tuve mucho miedo, con decirte que no le compré nada hasta que Gennaro nació. Hasta que no le vi la cara no quería creer que iba a ser mamá del todo. ¡Estaba re loca! Asimismo los primeros tres meses tuve mucho miedo a todo hasta que me dejé llevar un poco por el instinto. Leía en Internet sobre la maternidad y me súper preocupaba sin sentido. Empecé a confiar en la naturaleza. Aparte no es lo mismo ser mamá primeriza a los 20 que a los 40».
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