«Antes era una persona más egoísta, más centrada en mi persona y me molestaban un poco mis amigas que sólo hablaban de los hijos. ¡Y ahora hago eso yo! (Risas). La maternidad me agarró grande y bastante plantada. Lo que cambiaron son mis tiempos y mi organización laboral y hogareña. Ya no puedo trabajar los fines de semana y hasta la medianoche. Hoy no puedo y tampoco tengo ganas.».
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