“Tenía miedo del encuentro con Raquel Pacheco (la verdadera Bruna) pero salí fascinada
con ella. En un momento me dijo que durante toda
esta experiencia (que duró varios años y
que terminó cuando se enamoró de un cliente) ella
había perdido la inocencia para siempre pero yo creo
que no es tan así, todavía vi mucha ternura y dulzura
en sus ojos”.
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