“El primer trimestre de este embarazo (cuando se filmó la película) fue tremendo en cuanto a náuseas y fatiga por lo que mi principal lucha se cifró ahí. No me torturé demasiado con qué tipo de papel debía hacer ya que sino hubiese sido imposible vivir. Durante el rodaje me convertí en la reina de las mini siestas reparadoras. Apenas escuchaba el grito de ‘Emily, tenemos 10 minutos’, volaba a mi trailer y dormía sin parar por… ¡7 minutos!”.
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