Luz

“Estas experiencias me marcaron a fuego”, dice quien hoy más que nunca trabaja con el ojo puesto en los productos de estación y elige el menú con toda minuciosidad y no descuida ni la vajilla para darle realmente distinción a la mesa. “Creo que en Low la gente puede disfrutar de una cena formal, comer rico y prolongar la noche en el mismo sitio”, destaca Goñi.
Para conquistar a los clientes los seduce con un menú de siete pasos que no ahorra detalles. En sus postas varía la vajilla entre hierro, metal, madera y las texturas de los platos acompañan la iniciativa que puede sumar brotes orgánicos y hasta flores que visten y jerarquizan la receta.
La ambientación del lugar no es algo menor. Por el contrario, sillones negros con terminaciones doradas, mesas oscuras, espejos y arañas decoran con el sello inconfundible del decorador Javier Iturrioz. Un lugar increíble para ir con tiempo y disfrutar. -Andrea Arbelaiz