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20/08/2017

Cara Delevingne: “Soy la anti modelo”

Irreverente y audaz, la it girl mundial y protagonista de la película Valerian se autodefinió como bisexual más de una vez. Hoy confiesa: “me encantaría enamorarme”.

De intentarlo, sería casi imposible limitar su encanto a una sola de su particularísimas señas. ¿Fueron sus cejas tupidas su pasaporte a la fama? ¿O sus ojos aguamarina? ¿Fue acaso su pequeña y magnética figura -que apenas araña el metro setenta de altura- la que le aseguró un pase de privilegio a todas las pasarelas más importantes del mundo? Algo de todo eso, más una actitud bien despreocupada -entre punk y enfant terrible- forma parte de su enigmática amalgama, una marca registrada tan singular como valiosa. No en vano su nombre figura desde hace años en lo más alto de la listas de las modelos más exitosas del mundo, con una fortuna estimada (según la revista Forbes) en 185 millones de dólares. Su historia, vale aclarar, siempre estuvo ligada a la high society británica: su padre Charles es una eminente figura de la aristocracia local y Pandora, su madre, se crió en el mundo de la realeza (su mamá fue dama de honor de la Princesa Margarita). Su madrina, por otra parte, es la actriz Joan Collins y su padrino, Nicholas Coleridge, que durante años fue el mandamás del grupo editor Condé Nast, responsable de revistas como Vogue y Vanity Fair. Toda su infancia transcurrió en Belgravia, el barrio más top y señorial de Londres, cuyas calles conoce a la perfección. Allí se crió junto a sus hermanas mayores Chloe y Poppy, la primera del clan en interesarse por el modelaje.

En el caso de Cara, la llegada a las pasarelas fue casi “accidental”. Si bien el famoso fotógrafo Bruce Weber la retrató a sus precoces ocho años, fue la mismísima Sarah Doukas (descubridora de su célebre compatriota Kate Moss, con quien la comparan a menudo) la que insistió fuertemente para ficharla en su agencia Storm Models. Algo petisa para el rubro de las súper modelos, Cara cultivó desde el vamos un perfil muy original, a tono con su lema de vida “Embrace your weirdness” (algo así como “abraza tu rareza”). Apenas comenzó a desfilar y a protagonizar glamorosas campañas, contó a los medios que de chica le decían “monstruito” y no es extraño verla ensayar las más extrañas poses y muecas (ojos bizcos incluídos) en su cuenta de Instagram @caradelevingne (que ya superó los 40 millones de seguidores).

“Es la Charles Chaplin del mundo de la moda”, la definió su amigo y admirador Karl Lagerfeld, con quien se la ve siempre en los desfiles y eventos de las semanas de la moda de Nueva York, Milán y París. Camaleónica y algo rebelde, ella prefiere aferrarse a otra de sus máximas: “Soy la anti modelo”, dijo hace poco esta referente de la generación millennial y aportó varias pruebas para el caso: jamás va al gimnasio, adora almorzar en McDonald’s y no se preocupa por el maquillaje ni las últimas tendencias del fashion business.
¿Excesos? Ni tanto ni tan poco podría decirse, ya que si bien atravesó ciertos problemas con las drogas, su espíritu inquieto -según contó- la ha alejado de ciertos vicios. “Tengo el gen adictivo, sin duda, pero el hecho de haber tenido tanto trabajo desde chica me obligó a enfocarme en ello. Sí, es cierto, durante la adolescencia fumé marihuana sin parar, pero creo que eso lo han hecho todos los chicos de mi edad”, comentó en una nota de tapa para Vogue. En el plano personal, por otra parte, la británica ha preferido siempre definirse como bisexual antes que atarse a cualquier categoría fija. Salió con la actriz Michelle Rodriguez y con la compositora y multinstrumentista Annie Erin Clark (conocida como St Vincent) y afrontó rumores de romance con Harry Styles y con el actor británico Jack O’Connell. Actualmente soltera, acaba de revelar que le encantaría enamorarse. “El problema es que cada vez que alguien dice que me ama, me agarra un miedo muy extraño y sólo quiero salir corriendo. Supongo que no soy una buena novia para nadie”, le confesó a la revista Love.

Por ahora, sus pasiones van por otro lado. Según ya ha comentado, la música (ya tiene varios temas en su haber) y la actuación son sus principales objetivos en esta vida y a ambos parece estar dedicando todos sus esfuerzos. El próximo jueves, de hecho, se estrenará en nuestro país Valerian y la ciudad de los mil planetas, película que la tiene como protagonista y en la que se la podrá ver en ambas facetas (ya que además aporta su voz en el soundtrack). Dirigido por Luc Besson (el mismo de El quinto elemento y Lucy), y basado en un comic de culto, el filme se ubica en el siglo XXVIII, cuando a su personaje, Laureline, le asignan la delicada misión de viajar en el tiempo para explorar Alpha, una ciudadela espacial que podría contener la salvación del universo.

-¿Qué es para vos Alpha?
-Alpha es una estación espacial donde se reúnen, con el paso de muchos años, todas las diferentes especies alrededor del mundo, aprendiendo unas de otras y construyendo paulatinamente este lugar intergaláctico. Es un lugar tan importante como potencialmente peligroso.

-¿Cómo describirías a Laureline, tu personaje?
-Como una mujer ruda, inteligente y sobre todo, muy fuerte. Una gran líder que se sostiene sola y a la vez confía mucho en su compañero y novio, el Mayor Valerian (interpretado por Dane DeHaan). Tiene un gran corazón y es muy romántica, pero no le gusta demostrarlo para que los demás no piensen que es una mujer débil. Ella se enamora mientras salva al mundo.

-¿Es, en ese sentido, una heroína?
-Sí y no. Creo que pertenece tanto al mundo de los buenos como el de los malos. Al igual que yo. Me gusta esa ambivalencia, es bueno cambiar de bando cada tanto.

-Hablando de eso, ¿te interesa más el mundo de la moda o el de la actuación?
-De chica siempre quise ser actriz y la verdad es que no me siento muy a gusto con la etiqueta de modelo. Trabajé mucho en ese mundo, es cierto, y me encantó hacerlo, sobre todo porque soy consciente de que ese camino fue el que me trajo hasta acá. Sin el modelaje jamás podría haber cantado o actuado.

-Es raro verte en una película de ciencia ficción, ¿cómo fue esa experiencia?
-¡Increíble! Las locaciones y los sets eran de otro mundo, realmente. Cada elemento en la película fue pensado y realizado con gran meticulosidad. Era como el parque de diversiones de Luc (Besson), ¡fue maravilloso!

-¿Qué nos podés decir de tu traje?
-Creo que nunca me saqué tantas fotos como cuando me puse el traje por primera vez. Estaba fascinada de verme a mí misma en un atuendo tan especial. Obviamente, me lo quedaré. Ya es mío y lo bueno es que gracias a él ¡seré la estrella de Halloween este año! (risas) <

 

 

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