Así como un virus en el organismo afecta la salud y uno que se propaga en Internet, infecta una computadora, los virus mentales – un concepto derivado de la Programación Neurolingüística (PNL) -están conformados por cadenas de creencias y paradigmas que se hacen presentes generalmente desde la infancia y actúan en forma nociva hacia nuestras emociones, nuestro comportamiento y, en definitiva, reduciendo nuestra calidad de vida.
En mayor o menor medida, estas creencias limitadoras afectan a todas las personas, y atentan contra los sueños y proyectos. Sin embargo, reconocerlas, trabajarlas y, finalmente, desactivarlas es posible. En esta nota, los especialistas dan la fórmula para lograrlo y beneficiarse con una vida en equilibrio.
Primer paso: conocerlos
En su obra Identificación y cambio de creencias, Robert Dilts (pionero en PNL) parece ser el primero en referirse a los virus mentales al mencionar la existencia de estrategias que conducen a situaciones autodestructivas cuyo fin es sabotear los esfuerzos para lograr los objetivos. Más tarde, en Elimina los virus mentales con PNL, Donald Lofland desarrolla y amplía el concepto. Siguiendo a estos autores, Axel Persello, director del Instituto Americano de Formación e Investigación (IAFI), explica que “un virus mental es una creencia que no puede ser actualizada. Es decir, que por más que la persona tome datos de la realidad y de sus experiencias o modifique sus valores, no logra darse cuenta de que puede ser cuestionada. Así, la creencia limitante, no le permite progresar, mejorar ni aceptar. Por ejemplo, la idea de que siempre hay que agradar, puede ser reformulada por quien se da cuenta de que de esta forma no consiguió resultados. Sin embargo, si es un virus, encontrará explicaciones para seguir creyendo lo mismo e intentando agradar permanentemente”.
“Un virus mental es una creencia que no puede ser actualizada. Es decir, que por más de que la persona tome datos de la realidad, no logra darse cuenta de que puede ser cuestionada”.
Daniel Colombo, coach experto en CEO y alta gerencia, añade que, en general, los virus mentales aparecen “por aprendizajes que cada uno hizo hasta los siete años de vida. Ellos conformaron algunos patrones que transforman en forma negativa los resultados de lo que se quiere lograr”, asegura el especialista.
Otra de las características de las creencias limitadoras es que, como cualquier otro virus, se contagian. “Generalmente, de los padres y el entorno. Y también podemos infectar a quienes tenemos alrededor. Así, los virus mentales recorren el árbol genealógico, impidiéndonos corrernos del lugar que nos fue determinado al haber absorbido mandatos en la niñez. Estas fórmulas mentales nos empobrecen y nos infravaloran, generando comportamientos autodestructivos”, señala la licenciada Mariana Kersz, psicóloga y sexóloga especialista en terapias de pareja.
Transformación posible
Según explican los profesionales consultados, es muy difícil escapar de las creencias ya que siempre terminamos tomando una información como si fuera la verdad absoluta. “Esto se denomina introyecto o mandato, y tiene la característica de convertirse en virus. En los últimos años, por ejemplo, se instaló la idea de que, para ser linda, la mujer tiene que estar flaca. Y, aunque podamos darnos cuenta de que no es así, la sociedad sigue consumiendo la delgadez como sinónimo de belleza”, asevera Persello.
Como puede verse, los virus influyen negativamente en las personas. “La culpa, el resentimiento, el miedo, el pensamiento negativo, la queja permanente, la inhabilidad para conectar con otros, la falta de comunicación y de empatía, son algunos de ellos. Al ser tan frecuentes, se los acepta socialmente como normales cuando, en niveles que pasen los umbrales tolerables, se convierten en algo limitante”, advierte Colombo.
La buena noticia es que, con consciencia, constancia y perseverancia, transformar lo negativo en positivo es posible. La clave está en reconocerlos virus mentales que nos afectan, desactivarlos y reemplazarlos por los antídotos apropiados. “Existen varias herramientas efectivas, como técnicas de afrontamiento, visualización creativa, modelos mentales, neurocoaching 4D, manejo y control del estrés y la ansiedad y la reprogramación con PNL”, asegura Colombo. Persello, en tanto, resalta la importancia del rol del coach: “Cuando las personas toman contacto con su tristeza, debido a lo que él les muestra, deciden dejar de lado sus virus, aún a costa de saber que están cambiando parte de su identidad”, sintetiza el experto.
Armas de liberación
1. Mantener una posición abierta a los cambios.
2. Trabajar sobre los comportamientos limitantes en general.
3. Observar la prevalencia del miedo como condicionante del equilibrio vital.
4. Nutrirse de disciplinas de introspección y profundidad interior.
5. Estimular la toma de consciencia sobre el enorme potencial de cada ser humano.
6. No minimizar lo que relata una persona desde su construcción de una autocharla negativa. Es lo mejor que puede hacer hasta el momento.
7. Utilizar técnicas de “ecología verbal”. Cambiar el lenguaje permite flexibilizar los paradigmas mentales (creencias a las que la persona les dio tanto poder que ya son indiscutibles).
8. Mejorar los entornos donde interactúa la persona. Si se rodea de gente intoxicada con virus mentales, es prácticamente imposible que pueda evolucionar.
9. Llevar un registro de los avances por pequeños que sean.
10. Aceptar y entender que los virus mentales nos afectan a todos. La clave está en qué hacemos con eso y cómo evitamos que invalide nuestra vida.
Muy buena nota e importante información. Con neurocoaching 4d el trabajo con creencias es excelente, como bien dice Daniel Colombo. ¡Felicitaciones!
Muy interesante la nota.Necesito incorporar todos esos datos para cambiar mi vida.Necesito la práctica constante para salir adelante, antes que pase más el tiempo! Ya ponerme a trabajar en serio. Gracias
Excelente escrito!!!! Es importante darse cuenta cuál es la creencia q quiero cambiar,aceptarlo,querer cambiar y realizar los ejercicios.