Se lo puede definir como el romano que conquistó París y que supo ganarse su lugar a través de su trabajo y de su creatividad. Muchos estilistas de la nueva generación que trabajan en Francia se hacen llamar arquitectos de la moda, pero tal vez sea Maurizio Galante el exponente que mejor encaja en esta definición. Un italiano de la región de Lacio que conquistó París con su primera colección en 1994 después de una larga trayectoria de colecciones y desfiles en Milán. Gran amante de la naturaleza y de los espacios infinitos el diseñador es un hombre muy sensible.
-Trabajaste siempre en Milán. ¿Hiciste allí tus estudios?
-No, en Roma comencé mis estudios de arquitectura, que no terminé porque dejé para entrar en una academia de moda.
-¿Cuál fue el primer paso como estilista?
-Terminé mis estudios en 1984 e inmediatamente comencé a trabajar, creamos una pequeña sociedad con mi hermano y presentamos nuestra primera colección en la fashion week de Milán y también formamos parte del calendario de Milano Colecciones durante mis primeros años en este metier.
-¿Cómo fue tu llegada a París?
-Fuimos invitados a participar en la Fashion week del prêt à porter en 1992, me entusiasmé con esta ciudad y me quedé. Paris tiene esa fuerza de darle a cada voz su espacio. Esta ciudad es esa potencia que a través de los años dio siempre lugar a que nuevas naciones, nuevas historias puedan expresarse formando un verdadero mestizaje de culturas y diversidad en los trabajos
-¿De dónde viene ese puro trabajo artesanal que hoy realizás en tus creaciones?
-En cuanto llegué a Paris comencé a interesarme por las artesanías y en el trabajo de los artesanos en general que convergen en esta ciudad. Yo me intereso tanto en el trabajo artesanal del pasado como el de hoy en día. De algo que es al mismo tiempo nuevo y antiguo, que viene de la tradición pero que responde a las necesidades de hoy.
-¿Podemos decir que recurrís a lo antiguo para suplir las necesidades de lo moderno?
-Si porque creo que es lo que hace que algo sea moderno hoy. Porque la artesanía es el abuelo del diseño
-¿Cómo percibe Paris tu trabajo?
-Siempre fui bien recibido, de todas formas yo tomé la nacionalidad francesa. En la época en que llegué siempre estuve consciente de que en la moda siempre hay que dar algo de lo personal y al mismo tiempo ser muy respetuoso de lo que ocurre en el lugar y en el ámbito de la creación.
-¿Cuál es tu concepto en el trabajo?
-Yo no creo prendas de vestir solamente, creo objetos. No soy un fashion diseñador. Una prenda para mí no tiene sólo la función de cubrir, para mí comunica una emoción. La prenda se convierte en algo que protege pero al mismo tiempo embellece. Es ese el concepto en el cual yo quiero trabajar.
-La mujer hoy en el vestir tiende a crear su propio estilo ¿Estás de acuerdo con ello?
-Las clientas de hoy son diferentes, no compran más prendas cuando comienza una estación, toma cosas diferentes, mezcla y crea un lenguaje propio; es por eso que no me siento para nada un diseñador fashion, en el sentido que nos soy uno que dice hoy es el blanco, mañana el rojo, o bien que hace una colección con tema: Rio de Janeiro, Escocia o lo que sea. No me inspira ni me da ganas de trabajar porque a la mujer de hoy eso tampoco le interesa.
-¿Qué es lo que te motiva para trabajar entonces?
-Lo que me hace trabajar es la noción de arquitecturas flexibles para poder dar la posibilidad a la persona que a través de una prenda pueda contar una emoción. Mis prendas no son rígidas, son fluidas, se mueven con los brazos, las manos, sobre todo alrededor de la cabeza porque se dice que cuando uno va a fiestas o reuniones donde el espacio es reducido lo que más vemos es la boca, los ojos, las manos, el cuello o sea se ve la parte superior de la persona.
-¿Cuál es tu meta futura?
-Siendo casi arquitecto me gusta mucho la decoración de interiores, de hecho en Paris hemos hecho muchos trabajos y en septiembre en la casa de la moneda tendré un gran espacio íntegramente decorado por mí.
-¿Qué aprendiste de tus viajes en América latina?
-Estuve haciendo presentaciones en Venezuela, Brasil pero nunca en Argentina a pesar de que tengo ancestros que fueron a instalarse allí a principios del siglo pasado donde uno fue profesor director de las artes decorativas de Buenos Aires, pero sí hay un lugar que quisiera ir y es la Patagonia.
-¿Qué nos diferencia según tu opinión de los europeos?
-La noción de libertad con relación al cuerpo. Pienso que viven su cuerpo de una manera diferente a nosotros los europeos. Son mucho más libres en el cuerpo que nosotros.
-¿Qué trajiste en la valija desde Italia?
-Pienso que traje conmigo la conciencia de que verdaderamente algo que viene del pasado siempre va hacia el futuro. –
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