Ya tiene dos fechas programadas para octubre del año que viene en el Luna Park. Y no se cansa de colgar el cartelito de localidades agotadas. Este holandés de 68 años es criticado por el establishment de la música clásica por ser “demasiado popular” y llevar su música a todo el público sin restricciones. Él no se hace eco de esas críticas y sueña seguir tocando con su orquesta llamada Johann Strauss en lugares recónditos y hasta disparatados como la Luna o el Polo Norte. Antes de Navidad, el artista hablo desde la ciudad de Masstricht con LUZ, para desearle a sus fieles fanáticos argentinos un “buen año, lleno de música, improvisación y entusiasmo”.
-¿Te sentís el rockstar de la música clásica?
-No lo diría así, soy tan sólo un músico que hace lo que le gusta. Los motes no suelen gustarme demasiado. En la época de la película Corazón valiente me decían que era el Mel Gibson del violín. Otros me dicen el rey del vals, pero realmente el único emperador es Johann Strauss, el hombre que más admiro en este mundo.
-¿Siente que rompe las reglas de la música clásica?
-No quiero romper ninguna regla, solamente toco la música que quiero y de la forma que quiero. Deseo vivir hasta los 120 años para hacer feliz a la gente con lo que hago.
-¿Qué estilo de música prefiere escuchar?
-Tengo que contarte un secreto: estoy rodeado de música, entonces prefiero el silencio. Pero hago sólo una excepción, cuando mi hijo mayor toca, ahí sí me acerco a él y lo disfruto.
-¿Con qué artista le gustaría tocar?
-Con Bruce Springsteen, sin dudas.
-¿Qué significado tiene la música para usted?
-La música es la forma para expresarse cuando las palabras parecen fallar. La música une a la gente y estoy convencido de que el mundo sería un lugar completamente diferente si todos tomáramos un instrumento en vez de un arma para hacernos entender. No quiero sonar como un político, pero el respeto hacia el otro es lo que hace que el mundo sea mejor.
“Vivo en un castillo del siglo XV, lo modernicé y le agregué salones para el descanso y el relax”.
-Vive en el castillo Maastrich, ¿por qué esa decisión?
-Desde muy chico que soy fanático del personaje Tintín. En la tira su amigo el capitán Haddock compró el castillo Marlinspike y ese recuerdo me quedó grabado a fuego. Hace unos años tuve la oportunidad de comprarlo y no lo dudé. El castillo data del siglo XV -dicen que el mosquetero D´Artagnan tuvo su último desayuno allí antes de morir- pero lo modernicé y le agregué salones para el descanso y el relax. Construí, por ejemplo, un jardín de invierno con plantas tropicales, mariposas y aves de todo el planeta. Cuando leo ahí, soy el hombre más feliz del mundo.
-El violín es un instrumento muy romántico, ¿usted lo es?
-Cuando era joven solía serlo. Después me concentré en el sueño de tener mi propia orquesta, comencé a viajar por el mundo y conocí a mi esposa Marjorie. En ese momento le di una rosa; en cambio, este año le regalé un ramo de 42 flores (una por cada año vivido juntos).
-Sus conciertos son una fiesta, ¿se considera un party man?
-Me encanta que el público se divierta. La música clásica no debe tomarse como una cosa seria. Es interesante observar a cada hombre y cada mujer que viene a mis shows y ver cómo cada uno lo disfruta a su manera.
-¿Es un buen bailarín?
-Tomé algunas clases de vals cuando estuve en la universidad, y eso fue hace mucho tiempo. Así que mejor que me vean tocar y no bailar (risas).
-¿Tiene algún sueño pendiente?
-Sí, hacer un concierto en el Polo Norte, pero el frío le haría daño a nuestros instrumentos. Desde que me enteré de eso, cambié el destino: ¡la Luna! (risas). Fuera de broma, quisiera ser el primero en hacerlo.
-¿Cómo celebra Navidad y Fin de año?
-Lo festejo en familia, con mi mujer, mis hijos y sus esposas y mis cinco nietos. Me gusta caminar por paisajes nevados y ver la sonrisa de los más chiquitos. Es sin dudas, el momento más lindo del año.
Riu dejáte de hablar boludeces, con el traje espacial ¿donde te pones el violín? confórmate con tocar en la tierra, que aveces estamos en la luna sin darnos cuenta.
Sueño con escucharte
Me llama la atención de que tocando tanto vals no lo haga con el vals de las flores.
Este hombre es delicioso tanto escuchandolo como viendole.