Trikinis, modelos con recortes, bandeaux y hasta bombachones o culottes. Los modelos de trajes de baño lanzados por las marcas internacionales que crean tendencia apuestan más al diseño que a la osadía. Un verano con más feminidad.

La colección de trajes de baño de Calarena está basada en colores metalizados y trikinis que realzan las curvas femeninas con una elegancia chic que nos viene de la hermosa Córcega, exactamente de Porto Vecchio donde se fabrican. Ligeras y femeninas estos modelos se convierten en una segunda piel de verano.
Albertina, otra marca creaiva, delineó bañadores en en tonos neutros, especialmente negro. Sus diseñadores aseguran, con razón, que los clásicos no tienen temporada y que es imprescindible llevar uno en la valija (al fin y al cabo, cumple la misma función de un little black dress o una campera de jean). Otro de los looks que se imponen con fuerza son los corpiños tipo bandeaux, preferentemente con lazos que le dan un toque retro. En la línea, abundan las propuestas de de terciopelo o pana de verano.
La firma francesa Tatiane Freitas se distingue por su elegancia y por ofrecer una edición limitada con detalles artesanales y en materiales de alta fama. Colorado fue el fetiche de la maison este verano: se lleva en enteros con espalda de competición que resurgen con renovada moldería y son tan buenas para practicar deportes como para lucir con un short en un look súper canchero.
Tanto Couture como YSE se caracterizan por sus diseños con escotes profundos y sus cortes estructurados, con recortes geométricos. Ambas tienen modelos que estilizan la silueta y resultan perfectos para las tardes al sol.
En la mayoría de las colecciones abundan los bombachones con reminiscencias de los 50. Vienen con estampas llamativas, coloridos bordados o apliques de perlas y paillettes. Es que si algo quedó afuera del verano 2018 es el minimalismo: esta temporada quedará en la memoria por su estética glamorosa y la gran diversidad de estilos que convivirán en playas y piletas.