Por Florencia Rodríguez Petersen | Dos firmas de diseño emergente presentaron colecciones en la segunda jornada de la Semana de la Moda de Buenos Aires. Matías Hidalgo y los hermanos Bendeyán sorprendieron con elaboradas propuestas.

Por segunda vez, Matías Hidalgo pasó el proceso de selección del Centro Metropolitano de Diseño de la Ciudad de Buenos Aires y tuvo la chance de subir sus diseños a la pasarela de BAFWEEK. Una vez más, apostó al color pero, lejos de repetirse,  sorprendió al público con Boom cartoon. La línea de invierno del creador -que tiene un showroom en Córdoba y un perchero en Panorama (tienda porteña que núclea a firmas emergentes)- fue un estallido de color. Aparte de los grafismos exagerados típicos de las historietas y los accesorios de de grandes dimensiones, llamaron la atención los tejidos con relieves y dibujos geométricos.

«Además de diseñador soy ilustrador y me inspiré en los dibujos cartoons de principio de los años ’20», cuenta Hidalgo y sigue: «Las mujeres atraviesan la pantalla de un estudio de actuación retro. Todo está invadido de color. Hay toda una referencia a las bailarinas de tap de esa época», explica antes de detallar que combinó materiales diversos y, como en sus colecciones anteriores, puso énfasis en recuperar tejidos vintage. Confiesa que las capuchas -pañuelo son un ítem clave en su línea, como herederos de los foulards que siempre están presentes en sus propuestas.

Apenas unos minutos antes, los hermanos Matías y Melina Bendeyán -que estudiaron moda en Buenos Aires, Londres y Tel Aviv- habían subido a la pasarela una línea de prendas mucho más lúgubre y con una silueta algo más estructurada inspirada en la obra de la artista argentina Mariana Telleria. «Trabajamos con texturas que simulan vidrios, algo que abunda en su obra. Usamos colores neutros, partiendo de pasteles y llegando tonos más oscuros, especialmente negro», explica Matías mientras controla cada detalle en el look de las modelos -ya listas para salir a la pasarela-. El mix entre formas rígidas y tejidos de caída etérea llamó la atención en sus propuestas. «La idea fue evocar los fragmentos y los objetos quebrados de la obra de la artista. Por eso hay tantas incrustacones textiles y recortes», cuentan casi al unísono los hermanos que decidieron convertir su apellido en una marca.