Existe una fecha exacta que determina cuando empezó la Staatliche Bauhaus, en 1919, y cuando terminó, 1933. Pero nunca nadie, ni su mismísimo fundador el alemán Walter Gropius, imaginó que iba a convertirse en la escuela de diseño, arquitectura, arte (y muchos etcéteras más) más relevante del último siglo.
Bauhaus significa ¨casa en construcción¨ y fue en la ciudad de Weimar en donde están los cimientos de esta historia que hoy sigue vigente. Su actividad duró solo 14 años (decidieron cerrarla por la llegada de Adolf Hitler al poder) pero su influencia fue y sigue siendo inmensurable en el universo del diseño. En Alemania y en el resto del planeta.
Sí, también en Buenos Aires donde se decidió comenzar oficialmente con los festejos por los 100 años de su inauguración. El mundo entero es una Bauhaus es el nombre de la muestra itinerante que se presenta desde hace una semana en el Museo Nacional de Arte Decorativo hasta el 12 de agosto. “El nombre de la exposición proviene de una frase del alumno Fritz Kuhr y la elegimos porque no sólo se refiere a todo el universo que abarcó la escuela en diseño, sino también a lo que planteaba Gropius, la idea de borrar los límites entre el arte, la artesanía y la técnica”, explica Valerie Hammerbacher, Directora artística del proyecto. En la recorrida pueden verse objetos icónicos, así como portadas, maquetas y afiches de la Bauhaus.
Historia de estilo y funcionalidad
El leit motiv de la Bauhaus fue desde el comienzo hacer del mundo un lugar más lindo y usar la máquina como instrumento para embellecer, en donde el lazo entre la máquina y el artista (siempre bajo el dominio del ser humano) era la clave para cumplir con ese cometido. Sus premisas se basaban en la búsqueda de la funcionalidad a partir del minimalismo y las líneas simples en pos de producir un objeto moderno y de uso cotidiano. La forma de trabajo se concentró en los talleres con aprendices, en donde se fusionaron la inspiración del artista con la práctica artesanal para luego crear un producto que se pueda manufacturar y vender.
La escuela nació en Weimar al mismo momento que se construía la llamada República de Weimar (la democracia post Primera Guerra Mundial), luego siguió sus pasos en Dessau (en donde construyó su famoso edificio ultra moderno para la época) y finalmente terminó su apogeo en la capital, Berlín. Claramente fue un movimiento que acompañó los avatares y el espíritu de la época: desde la esperanza de una nueva nación hasta la decadencia de la misma a manos del nacionalsocialismo. Entre sus más famosos representantes se encuentran : Paul Klee, Johannes Itten, Lászlo Moholy-Nagy y Vasily Kandinsky.
La Bauhaus fue pensada como un todo, así fue como llegó a diferentes áreas como la arquitectura, la fotografía, el teatro, la moda y el mundo editorial entre otras tantas más. “Lo que convierte a la Bauhaus en una corriente actual es el tipo de preguntas y cuestiones que siempre planteó. La escuela es como documento histórico, un testigo y una fuente para seguir trabajando aspectos de la modernidad”, acota Hammerbacher. En tanto, Andrea Brandis, Jefa de comunicación de los 100 años de la Bauhaus desde Weimar aporta: “No existe un estilo Bauhaus. Fue una escuela de ideas en la que las diferentes ramas del arte convivieron para convertir a los artistas en seres generalistas, capaces de diseñar de todo”. Entre los eventos más importantes de la celebración se destaca la apertura del festival Bauhaus en Berlín, en el cual se inaugurarán las muestras Bauhaus Imaginista (una expo de investigación) y El Gran Tour de la Modernidad que recorrerá toda Alemania. “Y por supuesto, haciéndole honor a la alegría y creación de esta escuela la fiesta será tan creativa como posible y tan científicamente sustancial como necesaria”, informan los organizadores, quienes lanzan: “Mientras la Bauhaus sea relevante para la comprensión de la modernidad, seguirá siendo inspiradora para artistas y arquitectos”.
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