Es uno de los establecimientos más renombrados del globo. Cosecha premios por servicio y arquitectura y en 2015 se consolidó, según Reader´s Choice, como el Mejor hotel del mundo. Como es de imaginarse, semejante reconocimiento no proviene de un solo aspecto sino de la totalidad. En La Momounia Marrakech todo, absolutamente todo, está resguardado para la excelencia. Nació como palacio y los designios del tiempo hicieron que jamás tuviera que retar al destino. Hoy sigue siendo un fabuloso palacio con historia viva. En el siglo XVII el Rey Sidi Mohamed Ben Abdallah tenia por costumbre regalar edificios monumentales con jardines como obsequio de bodas a sus descendientes. De esta manera el hijo Al Mamoun fue quien recibió este predio al que bautizó con su nombre y que entró en la historia por las fiestas inolvidables que solian brindarse en sus jardines.
Su majestuosa arquitectura fue conservada con respeto cuando en 1923 se convirtió en lo que es hoy: un hotel para el público en general, pero con atractivos tan irresistibles que lo han hecho merecedor de muchas visitas ilustres, tanto de políticos como Winston Churchill o el General Charles De Gaulle y celebridades hollywoodenses como Charles Chaplin, Salma Hayek, Julianne Moore y de la cultura de la talla de Edith Piaf.
Transitar por sus espacios comunes es realmente un privilegio para los sentidos. En primer lugar la vista se ve favorecida por la exquisita decoración que combina arquitectura árabe con andaluza, mientras que los sonidos del agua (que simboliza la vida) de fuentes y estanques son una caricia al oído que ayudan a relajar cuerpo y alma.
En honor a su otro plato fuerte que es el spa, los aromas no son descuidados. Por el contrario, el aire está impregnado de aroma a jazmín, flores de azahar, cedro y naranjos que también provienen del exterior ya que estos exuberantes espacios verdes, que son celosamente cuidados, cuentan con 1200 especies vegetales.
Sus habitaciones ostentan un lujo hermoso sin dejar de ser sencillo y cada detalle nos recuerda la cultura islámica. La deco de excepción está en las suites especiales que, además de salón y vestidor, tienen una alquimia de deco marroquí con otras culturas y están inspiradas en personajes célebres que descansaron por allí.
Detalles encantadores donde uno ponga la vista. Cuatro restaurantes con gastronomía excepcional y una boutique de patisserie comandada por Pierre Hermé, Mejor pastelero del mundo, quien imprimió al lugar el summun del refinamiento con pastelería incomparable. Un espacio en Marruecos ideado para el puro placer. <
Fotos: gentileza La Mamounia / www.spas.com.ar
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