Ser un adulto mayor ya no es un problema a la hora de ser famoso o marcar tendencia en redes sociales. Hoy, Isabella Rosellini (65) es nuevamente cara de Lancôme, veinte años después de que la marca dejara de emplear su imagen como embajadora. Armani cuenta entre sus modelos con Yasmin Le Bon, con cincuenta y tantos años… y la lista de abuelos y abuelas que triunfan en Internet y que las marcas aman tener como embajadores o como Influencers sigue. Será que, como se dice el refrán: la edad es la que se lleva en el corazón.
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A medida que la edad avanza nuestro cuerpo cambia. Eso se refleja en signos cognitivos como: mayor tiempo de procesamiento de la información, menor tolerancia a estar en ambientes muy ruidosos, disminución leve de la capacidad de atención y de la memoria inmediata.
Los desafíos cognitivos, como aprender algo nuevo, son muy importantes porque estimulan las conexiones neuronales (neuroplasticidad) y la autoestima. En este sentido, el uso de la tecnología en adultos mayores, tiene grandes beneficios. Ellos necesitan aprender un lenguaje completamente nuevo, son personas de un mundo analógico insertos en un mundo digital. Es un desafío el aprendizaje del uso de los dispositivos y la invitación a participar de nuevos códigos sociales que los hace estar incluidos en el sistema común. Los adultos mayores sienten, en muchos casos, que no saben o no pueden vincularse con las nuevas generaciones.La brecha generacional, sumada a las múltiples ocupaciones de los familiares suele ser un factor que aumenta la tristeza, el desgano y el aislamiento. En este sentido, las redes sociales brindan a esta población un modo de estar vinculado con las personas de su entorno cercano en un código común, un diálogo instantáneo, una foto. “Están al tanto de lo que pasa y pueden interiorizarse sin sentirse excluidos”, asegura la Lic María Paula Gutiérrez, psicóloga, especialista en Evaluación Neurocognitiva, Diagnóstico y Tratamiento de las Demencias. S.L.R.
Linda Rodin es amante de la moda y llegó a trabajar como estilista. Es creadora de la marca Rodin Olio Lusso, referente de cosmética durante la década de los `60. Tiene un perfil en el que se destaca su estilismo y las adorables fotos que sube junto a su perrito que siempre está de impecable look.
Dorrie Jacobson, ex-conejita Playboy (83), modela ropa interior en su cuenta de Instagram. En su red social, invita a sus seguidores a abandonar las ideas de cómo deben vestirse las mujeres de su edad. “Usá lo que quieras”, las alienta, y afirma: “La idea de qué es apropiado para tu edad no tiene nada que ver”.
Helen Van Winkle, más conocida como Baddie Winkle (89) es todo un fenómeno social con millones de seguidores en Instagram. Al estilo Miley Cyrus, esta mujer muestra cómo la edad es una cuestión de actitud. “Abuela, vamos a hacer una foto y subirla en Internet“, le dijo su nieta en 2014 convencida de que la particular manera de vestir podía generar impacto en el universo virtual. Y lo que comenzó de manera casual fue la salvación para Baddie que, por ese entonces, atravesaba un duro momento: había perdido a su esposo en un accidente y a su hijo luego de una larga enfermedad.
Sarah Jane, alias saramaijewels, es comerciante de joyas antiguas y, sin dudas, es una de las abuelas más divertidas. Se describe en su perfil como: aventurera y real. Su estilo único está alentando a las mujeres a abrazar sus arrugas con el hashtag #mywrinklesaremystripes y vestirse de la manera que sencillamente quieran.
Con más de 400 publicaciones y 172 mil seguidores Irvin Randle (54) se describe como modelo, influencer y educador en sus redes. Todo comenzó cuando un ocioso de la red encontró su perfil en Facebook y, al quedar asombrado con su estilo, decidió crear el hashtag #MrStealYourGrandma en Twitter, (‘Señor Me Ligo a Tu Abuela’, en español) y, cuando obtuvo el visto bueno de Randle, compartió sus imágenes en las redes, donde se viralizaron casi instantáneamente. Desde entonces, Irvin roba suspiros de señoras de todas las edades.
La fashion blogger Lyn Slater es otro claro ejemplo de que los adultos mayores coparon las redes y no les va nada mal. Se hizo famosa gracias al error de unos fotógrafos, quienes la confundieron con una modelo durante la Semana de la Moda en Nueva York. A partir de ese momento (a los 63 años) la vida de ex-docente tomó un rumbo inusitado y a profesar que no hay que tenerles miedo a los cambios de estilo de vida, y mucho menos a la vejez.
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