Que la educación necesita cambios acordes a las nuevas generaciones, nadie lo duda. Y que en ese contexto, hablar sobre
sexualidad en las aulas deje de ser un tabú, es fundamental. Aunque desde hace 12 años existe y se viene cumpliendo una Ley nacional que pone en práctica la Educación Sexual Integral o ESI, recién este año tomó mayor impulso por parte de las autoridades. Desde la Ciudad se tuvo en cuenta el resultado de una encuesta realizada a principios de año entre más de 44.000 alumnos que en un 90 por ciento opinó que había recibido clases sobre el tema pero que había que mejorar los contenidos. “Vimos que hay una diferencia de expectativa entre lo que los chicos quieren aprender y lo que se les está dando. Nueve de cada diez dijeron que habían recibido los contenidos, pero no lograban vincularlos con la ESI”, sintentiza Soledad Acuña, ministra de Educación e Innovación del Gobierno
de la Ciudad. “Y la forma en que los recibían tampoco era la más adecuada. Hoy, se dan clases magistrales, y se trabaja en varias asignaturas. Pero los chicos prefieren videos, radios abiertas, espacios de reflexión”, agrega. Por eso, a mediados de este año las autoridades convocaron a un comité de expertos, presidido por
la filósofa Diana Maffía y, en conjunto con autoridades del Ministerio de Educación y Salud, elaboraron un documento con propuestas concretas yrecomendaciones para unificar y articular mejor esos contenidos. “Desde el Gobierno nos comprometimos a aplicar estas sugerencias. La Ley es muy amplia, ambiciosa y respetuosa, y uno de los puntos que remarca es la elminación de los estereotipos de género. Para eso, tenemos que trabajar con maestros y maestras que fueron, como nosotras, educadas en esos estereotipos. No es simple, no sólo tiene que ver con contenidos, sino también con temas profundos, como la objeción de derechos, valores, pensamientos…”.
A FAVOR Y EN CONTRAER
Las voces detractoras no tardaron en hacerse escuchar y fundamentalmente la Iglesia católica y grupos de padres afines se manifestaron en contra de los contenidos de la ESI y de su implementación. Al respecto, la ministra sostiene que lo que falló,
como pasa con muchos temas que comprometen valores, fue la comunicación. “Hubo posturas que se ponen en los extremos. Por eso, nos estamos reuniendo con directores de las escuelas privadas
para tratar cómo se va a seguir implentando la ESI. Cuando uno va a lo concreto, y se ve lo que se está tratando en las escuelas, no tiene nada que ver con lo que se dice en los panfletos o se grita en la calle en las manifestaciones contrarias”, dice la funcionaria. ¿Ante alguna duda, los padres pueden averiguar en las escuelas qué contenidos van a aprender sus hijos? “Por supuesto. Cada escuela tiene su proyecto educativo institucional, en el que debe estar incluida
la ESI, que es una ley y es obligación darla. No puede pasar que un padre diga ´no quiero que mi hijo reciba estos contenidos´ porque sería lo mismo que dijera que no quiere que reciba clases de matemática o de historia”, despeja dudas la ministra. En verdad, el planteo es claro: chicos y chicas tienen derecho a recibir información precisa y ademas construyen los valores y perfiles espirituales y
religiosos que crean convenientes”.
CONTENIDO TRANSVERSAL
En verdad y tal como está planteada, la ley de Educación Sexual Integral es mucho más que sexualidad. Sobre este punto, Soledad Acuña es categórica: “son contenidos transversales, integrales, que nos hablan de cómo queremos ser como sociedad, sin violencia machista, sin discriminación. Y esto no puede entrar en colisión con los valores de una casa”. De este modo, el enfoque es complejo y va más allá de lo estrictamente biológico. Se trata de brindar información a los chicos y chicas que les permita elegir para que sean conscientes de que sus cuerpos les pertenecen y son ellos los dueños y los que deciden. “Trabajamos para que no existan estereotipos según los cuales las chicas trabajan en determinado
oficio o que los varones van a poder expresarse sólo de una manera”, remarca la funcionaria. Otra de las sugerencias del grupo de especialistas encabezados por Maffia fue la necesidad de dar mayor
protagonismo a los jóvenes. Por eso, se estableció que entre los estudiantes de cada escuela, se van a formar a dos promotores de ESI. Su función será la de canalizar las demandas, necesidades e intereses de sus compañeros, van a contar con un kit de materiales con recursos, contactos e información útil para cada caso.
Además, se creó la Coordinación General de Educación Sexual Integral, que supervisa y centraliza todas las acciones que se llevan adelante desde el Ministerio de Educación e Innovación. También se
abrirán consejerías de salud sexual y reproductiva para que los chicos canalicen dudas y se brindará capacitación a los docentes.
Para las familias, en tanto, se van a elaborar cuadernillos con guías y herramientas que sirvan para trabajar con los chicos en casa. Esta vez, la Educación Sexual Integral no es un proyecto, es una realidad.
RSS
G Plus
Facebook
Twitter