Parece todo un signo de la era, pero en esta temporada la clave vuelve a ser la naturalidad. Si en la última eliminamos la longitud de la melena, en esta estación la tendencia se mantiene, por lo que no habrá cambios radicales. Además, no será tan importante el corte de cabello sino la forma en que se peina: rayas en el medio, medias melenas crespas, flequillos despeinados…
En otras palabras, la texturización será una de las grandes protagonistas de este invierno, por lo que habrá que tener en casa geles y espumas de mínima fijación. El cabello lacio todavía está de moda, pero entran con fuerza las ondas y los rizos. De hecho, el peinado retro shaggy es un must. Y también vuelve el corte redondeado y húmedo, pero con aspecto mojado y texturizado.
Colores y algo más
El estilista Daniel J. Veiga, director creativo de Daniel Veiga Hair Group y coach ontológico (@danielveigahairgroup), sostiene respecto a los colores: “las estrellas serán los tonos cálidos, rubios cobres frozen o rose gold. Los desgastados que son moda desde hace varias temporadas y amenazan con quedarse un largo tiempo
más estarán enfocados en los tonos cálidos; y los castaños apenas con medio tono de aclarado dejarán entrever el reflejo rojizo natural de esa altura de tono (root beer)”. Y explica que también “se verán tonos fríos tirando a gris en los cabellos más cortos. Los trabajos de colores ultra sutiles conseguirán definir el rostro con suaves luces y relieve con los ya utilizados bab-ylights”, dice refiriéndose a las mechas finas y leves como las del cabello de bebé que fueron furor en 2018. También triunfarán los tonos caramelos y chocolates con matices caobas para dar más color a las pieles en el invierno. “Y los pelirrojos claros con matices rosados son lo más it para esta temporada. El rosa escarchado (en combinación de tonos de rosa) será el look para las más osadas, pudiendo sumar la profundidad
de la raíz natural. Vuelven los colores fantasía en una versión escarcha que es la combinación del tono fantasía de dos tonos, uno
más oscuro y otro más claro”, agrega Veiga. Según el estilista, además, “el corte bob estará en su apogeo, midi, long, con ondas rotas y puntas messy. Para las jóvenes un long bob con desgasteultra natural y cálido es una opción ideal. El cobre rosado y cobre pastel muy claro es una gran propuesta. Y un bob midi para una mujer mayor, según el look, va muy bien.
Por su parte, Ornella Botter, dueña de Salón Pompadour (@salonpompadour), peluquería de diseño ubicada en el barrio porteño de Palermo y especializada en colorimetría avanzada,
detalla que las tendencias más diferenciales son “el color del año”
living coral, el rosa pastel (cotton candy), los grises y metálicos, así como los trabajos geométricos, el holohair (pelo holográfico, efecto que se logra aplicando capa por capa colores pasteles y neones, que
forman un arcoíris en la cabeza), la vuelta del pelo frisé, la ochentosa cubana o mullets (corto adelante y a los costados y bien largo atrás) y los cortes savage. Sobre el tono living coral o el cottin candy en el cabello, Botter explica que al ser un rubio rosado (y el rosa está de moda) resulta muy sentador y va con todo tipo de pelo y corte. “Está
cambiando la moda para bien y la gente se dio cuenta de que no va más eso de creer que tal color o corte no van con el tipo de piel o la edad, con este tono tenemos la posibilidad de jugar y es muy amable sobre todo para la gente mayor. Siempre, claro que esté hecho por un profesional, preparado por un colorista para lograr el
efecto que se busca”.
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