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12/04/2017

Vinnie Woolston: El chico malo de la pasarela

Por Fernando Gomez Dossena l Triunfa en el mundo de la moda con un look rockero y con una impronta de rebeldía. Te contamos quién es el modelo más fuera de serie del universo fashion internacional.

Es tan singular como la tierra de la que proviene: Nueva Zelanda. Nada tiene del típico rubio, lánguido y con espíritu de gentleman que ostenta la mayoría de los modelos de pasarela. Su cuerpo está lleno de tatuajes, con imágenes maoríes que le recuerdan a sus orígenes. “Soy una especie de cuadro viviente. Para el mundo es raro, pero en mi país el 90 por ciento de la gente está tatuada. Aparte como viajo mucho extraño Nueva Zelanda, entonces los dibujos me ayudan a sentirme un poco en casa”, cuenta con gracia. Para sumarle exotismo y rebeldía a su look lleva aros, un piercing en la ceja (que se lo saca para las campañas y desfiles) y tiene ganas de tatuarse la cara, pero le provoca miedo quedarse sin trabajo rápidamente.

“Soy una especie de cuadro viviente. Para el mundo es raro, pero en mi país el 90 por ciento de la gente está tatuada. Aparte como viajo mucho extraño Nueva Zelanda, entonces los dibujos me ayudan a sentirme un poco en casa”

Vinnie Woolston de 30 años empezó su carrera a los 17 en Oceanía, mientras trabajaba en un local de skate lo convocaron para hacer una campaña de indumentaria deportiva. Hoy es muy buscado por las grandes marcas (entre ellas H&M, Mango, Hermès, Diesel, Tommy Hilfiger y Scotch & Soda) y fue elegido entre miles de modelos para ser la cara de la fragancia L´Homme Ultime de Yves Saint Laurent. La maison buscaba un varón que encarnara el espíritu moderno y viril de un hombre de hoy, pero que sepa reconocer el límite y el control y encontró en este manequin el ícono perfecto para representarlo.
Como la mayoría de los modelos que triunfan en el metier, Vinnie jamás soñó con ser una estrella del fashion. “Me crié en un ambiente familiar muy liberal y eso me permitió ser cómo soy y hacer lo que quiera de mi vida”, comenta, quien a pesar de tener una vida bastante expuesta usa sólo sus redes sociales de manera privada para estar en contacto con sus seres queridos mientras está de viaje por el mundo. “Soy bastante tímido, sólo me gusta mostrarme pero frente a la lente de un fotógrafo o sobre la pasarela, no mientras disfruto de mi rutina en mi hogar”, cuenta. Vive en París, aunque regresa varias veces al año a Nueva Zelanda, con su pareja y tres hijas (una de ellas es de su novia). “Tengo ganas de un varón, me gustaría compartir temas masculinos con un hijo”, asegura. En su tiempo libre, además de disfrutar de su familia, estudia fotografía (“Quiero dedicarme a eso cuando abandone mi oficio”, expresa), dibuja y practica surf, skate y rugby. No por nada tiene esa silueta privilegiada que lo llevó a ser uno de los preferidos de los diseñadores internacionales. <

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