Con la “China” somos padres muy relajados en el buen sentido. No tenemos miedo ni la sobre protegemos demasiado, entonces no tengo grandes preocupaciones. Nos concentramos mucho en que sea feliz. Vemos cómo disfruta, intentamos que pueda conocer, experimentar… No proyecto mi personalidad y gustos en ella, trato de ir a la par de ella. Puedo tratar de hacer o creer cualquier cosa, pero si sonríe, me derrito automáticamente.
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