-El servicio, su ritual es algo necesario porque el cliente que lo solicita tiene una cultura, un conocimiento que le permite saber muy bien qué tipo de producto está bebiendo. Y eso hay que respetarlo. No está pasado de moda. Nuestra propuesta con Blue Sky es para informalizar encuentros. Para que se pueda beber Champagne en cualquier hora y lugar, sin necesidad de tanta formalidad.
-¿Qué espera del mercado argentino? ¿Sabe que el consumo de espumantes es bajo?
-Lo sabemos, pero también que la gente se maneja por tradiciones y Argentina tiene mucha tradición europea en vinos por sus antepasados europeos. Así que imagino que puede haber un gran futuro.
-¿Qué opina de los espumantes argentinos?
-Sería muy pretencioso de mi parte criticar u opinar. Creo que el respeto es la base de todo y hay que respetar el trabajo que se hace en cada lugar, con sus posibilidades y recursos.
-¿Qué le recomienda a la persona joven que desea empezar a beber Champagne?
-Beber burbujas no es algo natural. Los niños rechazan la acidez, sin embargo cuando se es adulto uno empieza a amarla. Es un camino de instrucción y conocimiento que debe empezar de niños y la mejor herramienta es el agua mineral con gas. >>
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