Luz

RSS

G Plus

Facebook

Twitter

08/05/2018

Nancy Dupláa: “La política asfixia, es un rosqueo constante”

Por Pablo Steinmann | Después de casi tres años regresó al prime time de Telefé y en esta nota habla de todo: la fama, las crisis con Pablo Echarri, el feminismo, el aborto, la política y sus miradas sobre el éxito y el fracaso.

A dos, casi tres, años de su última incursión frente a cámaras, Nancy Dupláa volvió a calzarse el traje de gran protagonista para la nueva tira de Underground y Telefé, 100 días para enamorarse. No está sola, claro, ya que además de un gran elenco, la secunda su colega y amiga Carla Peterson, con quien no compartía set desde los tiempos de Montaña rusa. Y además de deshacerse en elogios a su compañera, Nancy no pierde su habitual franqueza y confiesa: “Volver a la tele siempre me genera una cosa rara, tiene sus pros y sus contras. Con el tiempo fui teniendo más certezas de lo que me gusta y lo que no. Pero sigo en la búsqueda. Pasan los años y no pierdo las esperanzas de encontrar algo que me cautive más que esto”, sentencia.

-¿Y por qué seguís actuando?
-Por una cuestión de oficio, porque es mi trabajo y me da de comer. Pero eso no quita que hay un montón de otras cosas alrededor que me pesan cada vez más.

-¿Qué cosas, en concreto?
-Lo que tiene que ver con lo exposición me pesa mucho. Cada vez más, ya que en este último tiempo se convirtió en sinónimo de ofensa, de intolerancia, de desencuentro… Pareciera que hoy ser una persona pública es tener la puerta abierta a los odios y rencores de todo el mundo. Y los amores también, es cierto.

-¿Te arrepentís de haber hecho tan explícito tu apoyo al kirchnerismo?
-No, la verdad que no. No puedo ser de otra manera. Me hubiese arrepentido de no haberlo hecho. Fui bastante fiel a mí misma y eso me deja muy tranquila. Aún con los costos que me generó, claro. Desde los roces con algunas personas, hasta con un multimedio entero. Soy consciente de que siempre es preferible ser políticamente correcta con todos. Pero no sería yo.

“Supongo que los momentos más álgidos con Pablo fueron estos últimos años, pero siempre estuvo la certeza de que deseábamos estar juntos. Si no, ya me hubiese ido.”

-Antes de esta etapa, ¿también te pesaba la exposición?
-Sí, pero por otras razones. Y quizá hasta me pesaba más. En Montaña Rusa yo estaba muy fastidiada con la fama. Me daba mucha culpa. Es algo difícil de explicar pero es así, siempre me costó más el éxito que el fracaso. Vengo de un barrio y de una familia donde siempre costó muchísimo conseguir cierta tranquilidad material. Y en ese contexto, encontrarme de repente con fama, poder y dinero me produjo más sombras que luces. Me peleé mucho conmigo misma y con la estrella que me habían puesto delante durante esos años. Después logré relajarme.

-Volvés al prime time pero con una comedia, ¿eso te aliviana el regreso?
-Sí, totalmente. La Leona fue muy fuerte para mí. Llevaba implícito un compromiso social, político y personal muy intenso… Era un producto nuestro, de nuestra productora, y eso también era un componente de mucho peso. A pesar de todo eso, o quizá a causa de, disfruté muchísimo de hacerla. Para mí La Leona fue la novela de mi vida, sin dudas. Lo interesante de 100 días… es que más allá de ser una comedia, no deja de tener ese perfil de actualidad y de debate social que suelen tener las tiras de Underground. Una de las cosas que más me interesan es que juega con la idea de hacerse preguntas a uno mismo. Por ejemplo: ¿es esta la vida que quiero?

-¿Te hacés vos esa pregunta?
-Sí, pero lo cierto es que soy bastante feliz con mi vida… En general vivo así como me ves, contenta, de buen humor, agradecida… No puedo evitar pensar que tengo muchísimo más de lo que imaginé. Para empezar, unos hijos y un marido que de verdad son maravillosos.

-Recién mencionaste el componente de actualidad que suelen tener estas tiras. ¿Entrará el feminismo en eso?
-Sí. Sin ir más lejos, durante mucho tiempo en las novelas existió esa cosa medio antigua de incentivar la supuesta rivalidad entre mujeres. Si el galán te engañaba con otra mina, vos te tenías que agarrar con la otra, no con él. Eso también se está desintegrando. Hoy siento que este famoso concepto de sororidad ya está en el cuerpo de todas. Con Carla nos pasa, si nuestros personajes se tienen que agarrar con una mina, no lo podemos hacer. O sí, pero buscamos hacerlo desde un lugar más inteligente, no desde la pavada de “nos envidiamos”.

-¿Te imaginabas un momento así, con el feminismo tan en boca
de todos?

-Sí, pero no de una manera tan poderosa. Y global. Pero sí pensaba que algo iba a cambiar. Lo sentí cuando empecé a encontrar en mis hijos unas convicciones increíbles. Que eran propias además. Que no existían gracias a nosotros, sino que salían de ellos, del mundo que palpaban. Yo me crié con una mamá machista, imaginate. Y tanto el mayor, Luca, como Morena, me hablaron desde chicos de una sociedad de iguales. Él no tuvo nunca vergüenza de disfrazarse de nena, ella tampoco de asumir ciertos roles “masculinos”… Tengo miles de ejemplos de cómo crecieron mucho más igualitarios que nosotros. Ojo que mi vieja tampoco es de las cavernas, eh. Era enfermera en una época en la que las mujeres no solían trabajar fuera de casa y siempre fue una mina con mucha vocación de servicio y de escucha. Pero aun así, siempre tuvo conceptos machistas.

-¿Cómo cual?
-El otro día, por ejemplo, me dijo: “yo no me atiendo con médicas mujeres”. “¿Eh? ¿Por qué?, le pregunté. “Porque las conozco”, remató… (ríe). Imaginate que no me voy a poner a discutir con una mujer de 80 años en algo que sé que no va a cambiar nunca. Igual cada tanto nos agarramos por estas cosas. Con su nieta también se agarra, More es muy fervorosa… (sonríe)

-¿Es brava?
-Uff, es una cuchillera. Está en una edad hermosa, los 15, sobre todo porque los lleva de una manera muy curiosa y activa… Va a marchas y todos los fines de semana se va a trabaja a una villa, a darles apoyo escolar a los chicos. Supongo que algo de todo eso en casa palpó, pero lo cierto es que hoy por hoy levanta banderas que son exclusivamente suyas. Si le ponés trabas, te come cruda. Fuera de broma, tiene un temperamento que yo no tengo.

“El debate sobre la legalización del aborto es una de las grandes deudas del kirchnerismo, sin dudas. Si la ley llega a salir ahora para mí será un gran punto a favor de este gobierno. Ojalá suceda”

-¿Te da miedo que sea así?
-No, al contrario. Agradezco que sea así. Lo que sí intento es que sea más tolerante, más medida. Que entienda que no hace falta ir al choque permanentemente. Si gritás, nadie te va escuchar. Te van a tildar de loca.

-¿Lo decís por experiencia propia?
-Algo así… (ríe). Digamos que lo fui aprendiendo con el tiempo.

-¿Siempre tuviste la misma opinión en torno a la legalización del aborto?
-Sí, siempre pensé lo mismo, pero nunca se me había armado en la cabeza que la legalización podía traer otras tantas cosas positivas, siempre y cuando sea acompañada de una educación sexual acorde, ¿no? En un estado laico como el nuestro, me parece que pesan mucho más nuestros argumentos que los de enfrente.

-¿Crees que la ley se va a aprobar?
-Tengo la firme ilusión de que finalmente saldrá, sí. Y si no sucede, guardo una pequeña luz de esperanza de que la presión social la terminará impulsando de nuevo. El consenso social es muy fuerte.

-¿Qué pensás que hará Cristina Kirchner a la hora de votar?
-Creo que como mucha otra gente ella entendió las razones detrás de este reclamo. Chiche Duhalde se manifestó hace poco a favor de la legalización, lo mismo que (Daniel) Scioli, gente que a priori podés decir que es un poco más conservadora…. ¡Mariana Fabbiani también se expresó a favor! Yo creo que son muchos los que se abrieron a la posibilidad de escuchar y de entender que la ilegalidad está trayendo muchos problemas. Espero que sea también el caso de Cristina.

-¿Cómo te cae que este debate no haya sido generado en ninguno de los 12 años de gobiernos kirchneristas y sí al inicio de este gobierno, al que has criticado bastante?
-Y seguiré criticando… (sonríe). Sin duda, esta fue una de las grandes deudas del kirchnerismo. Al menos para mí. Pero bueno, la sociedad también fue creciendo, hace 10 o 5 años atrás no teníamos el debate tan en la sangre como lo tenemos ahora… Y ahora celebro que se haya impulsado, claro que sí. Si la ley llega a salir para mí será un gran punto a favor de este gobierno. Ojalá suceda. Y que se lleven ellos el poroto, no me molesta…

-Volviendo a la novela, en la historia tendrás ya al comienzo una fuerte crisis matrimonial. ¿Te resuena en algo eso? Con Pablo están juntos hace…
-Uf, más de 18 años ya… Y la verdad, me parece que pasó todo muy rápido, no me doy cuenta de que llevamos juntos todo este tiempo. Fuimos evolucionando a la par, es como que en cada etapa nos fuimos reencontrando. Hubo crisis, claro, pero siempre fueron disparadoras de cosas buenas. Nunca tuve miedo o idea de una separación con Pablo. Siempre supe que todo lo quería atravesar con él. Supongo que los momentos más álgidos fueron estos últimos años, pero siempre estuvo la certeza de que queríamos estar juntos. Si no, ya me hubiese ido. Y él también.

-Arrancamos la charla con que siempre están buscando algo más… ¿Tenés alguna idea de qué podría ser?
-(Piensa) Antes de entrar a la tele yo estudiaba diseño gráfico y el otro día me pasó algo muy extraño, estábamos cenando y de repente mi hijo Luca me preguntó: «¿por qué no retomás la facultad?». Me dejó pensando… Enseguida Pablo se sumó a la charla y se armó un mini debate de algo que no había contemplado demasiado. Creo que es una posibilidad más, y que sin duda todo lo relacionado a lo creativo siempre me va a interesar, a seducir. Y si además me permite sacar el cuerpo de las cámaras, mucho mejor. Hace rato que pienso en eso.

-¿La política no es una opción?
-Nooo, la política es un rosqueo constante. Y asfixiante. Yo no podría estar ahí, necesito poder respirar.

 

Una amistad con historia

Se conocieron cuando Nancy tenía 25 años y ya era famosísima como Mariana, la protagonista principal de Montaña rusa. Carla Peterson entró en la segunda temporada como María, la hermana pueblerina del personaje de Sebastián de Caro. “Recuerdo que fue un flash conocerla, sobre todo porque venía de un mundo muy cultural y diferente al mío. Recuerdo que me impactaba ir a su casa, donde tenía una colección de vinilos impresionante y hacía unas fiestas muy copadas”, rememora Nancy y concluye: “Nos hicimos muy amigas en esa época, después la vida nos fue separando un poco pero por nada en particular. Me encanta compartir esta nueva aventura con ella, es una gran mina y una actriz del carajo”.

Edición Nro:

 

 

6 pensamientos en “Nancy Dupláa: “La política asfixia, es un rosqueo constante””

  1. durante el kirchnerato no te diste cuenta de esto, mediocre y berreta. aaahhh claro recibian platita de la corrupcion y no veian la rosca, solo veian la torta. basuras

Responder a Héctor Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.