Para Ezequiel Gallardo, 2010 fue un buen año. El chef-propietario de Treintasillas lo confiesa con ánimo satisfecho, algo bueno de ver en días de balance. Hace tres años decidió dejar de trabajar en reductos de otro dueño para lanzarse a la entonces incipiente tendencia de los comedores privados, a los que se accede con previa reserva.
En su casa de Colegiales, de jueves a sábados, tocan timbre aquellos que reservaron su lugar para degustar el menú ideado por el cocinero y enviado por e-mail. «Empecé con un mailing de 250 personas y hoy estoy en más de dos mil», acredita Gallardo.
«Cocina sencilla con los mejores productors» es el leitmotiv del cocinero, según sus propias palabras y «sin demasiados secretos», acota.
Pero el buen año de Gallardo no sólo remite al éxito, sin desmesuras de su restaurante, los servicios para eventos empresariales y sociales y las clases de cocina para “todo público” que ocupan sus días. El chef comenzó 2010 en Madrid, donde fue convocado para cocinar en el restaurante Pedro Larumbe, el más destacado de la Feria Internacional de Turismo, FITUR. Allí, junto con otros cinco cocineros argentinos (Hernán Zabaleta, Leonardo Choi, Ximena Busquets, Paula Massuh y Andrés Chaijale).
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