La relación de una hija con su mamá tiene de todo: risas, enojos, rebeldías, permisos especiales y, sobre todo, mucho glamour porque no hay mujer a la que no le guste sentirse una princesa. Vestidos súper femeninos, abundantes flores, vaporosos volados, bordados originales y algo de brillo son ítems clave en el guardarropa de una y otra.
06/10/2014
Actualidad
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La relación de una hija con su mamá tiene de todo: risas, enojos, rebeldías, permisos especiales y, sobre todo, mucho glamour porque no hay mujer a la que no le guste sentirse una princesa. Vestidos súper femeninos, abundantes flores, vaporosos volados, bordados originales y algo de brillo son ítems clave en el guardarropa de una […]
Edición Nro: 495
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