«Asesinos”. Eso fue lo que el actor Federico Amador escribió con aerosol en la vidriera de una peletería. Con 16 años y un arito en la oreja (todo un símbolo de rebeldía a principios de los ´90), era un “bicho raro” que ya estaba asociado a una organización ambientalista y que se movía como pez en al agua tanto en su club de rugby, de San Isidro, como en las populares bailantas de Constitución. Aquel joven “todo terreno” es hoy un hombre de 42 años que si bien no reivindica sus “grafiteadas adolescentes”, tiene un genuino compromiso con la vida de los animales y un profundo deseo de poner en la superficie lo que lleva debajo de la piel. Abrazando un íntimo compromiso con la naturaleza, impulsó la idea de hacer un producto televisivo que permita conocer la fauna argentina. Así surgió Hacia lo salvaje, programa que emitió Telefe, donde recorrió el país en busca de yacarés, osos hormigueros, tapires y otros animales. Su rol dejó estupefacto a más de uno. Se tiró al agua para agarrar un yacaré (sí, con sus propias manos) y manipuló víboras. Sin guión, contó cómo es cada especie con la solvencia de un zoólogo. Su destreza en selvas y pantanos evidencia las décadas que le dedicó a la lectura de manuales de supervivencia, los años que lleva consumiendo vorazmente libros de ambientalismo y los meses que transcurrió visitando serpentarios. Ese Amador despojado de personajes se reúne con LUZ en el bar del hotel porteño Urbanica, donde una imponente vista cosmopolita le da la bienvenida. Relajado, confiesa: “Hace 5 años me pregunté: ¿Cómo es que hago ficción pero no veo ficción?´ Porque nunca miré televisión, salvo documentales. Entonces hice un click, pensé que tenía que intentar algo diferente y aquí estamos. Cuando estoy con un animal, no hay nada que supere esa sensación. Es como jugar en la Selección Nacional para un futbolista. Puedo pasar horas caminando a pleno sol en la selva y juro que no me molesta nada, ¡ni los mosquitos!”
“Los chicos me encantan. Seguramente en algún momento venga un bebé. Todavía no compramos la cunita, pero ya va a llegar”.
-Podrías simplemente haber mostrado animales, pero le pusiste el cuerpo, lo cual implicó un riesgo. ¿Por qué?
-Las nuevas generaciones tienen una vertiginosidad informativa brutal. Cuando a un chico le ponés un documental de la BBC de esos que a mí me explotan la cabeza, a los 15 minutos lo ves distraído con otra cosa. Si los queremos enganchar para que conozcan a nuestros animales y que así puedan cuidarlos para que no desaparezcan, tiene que haber algo de aventura, de riesgo. Una voz en off con un pajarito volando los aburre.
-¿Qué te decía Florencia (Bertotti, su mujer) y tus hijos (Vito y Ciro, de su primer matrimonio) al verte, por ejemplo, con una serpiente?
-“Gordo, ¡tené cuidado!”. Y mi hijos gritaban: “¡Llevanos!” (risas). Son unos enloquecidos de los bichos. Cuando veo un animal en su hábitat natural, lo primero que me viene a la cabeza es: ´¡Qué ganas de que estén acá!´ Cuando tengan 18 me encantaría llevarlos al Amazonas.
-En lo cotidiano, ¿cómo les transmitís el respeto por la naturaleza?
-En pequeñas cosas. Si estoy en un río y veo una botella, les explico que eso contamina. Sin deprimirlos ni ser apocalíptico. No doy el mensaje de que el mundo se va a acabar y nos vamos a morir. También les bajo un “basta de la locura del consumo”. Les transmito que la felicidad, la realización y el bienestar no pasan por lo material; por eso no soy de hacerles regalos materiales. Mi relación con ellos va por otro lado y está buenísima.
-¿Y vos también sos “anti consumo”?
-Sí. La mayoría de la ropa me la regalan y la doy. No es por una cuestión ecológica, lo hago porque no necesito 16 camisas. No condeno a quien las tiene y es feliz, pero yo no soy de ese consumo. Me compro ropa por necesidad, si voy a la nieve y necesito abrigo, por ejemplo. El “me voy a comprar una camisita” en mí no existe.
-¿Sos vegano?
-No. La naturaleza transmite paz, pero tiene su parte violenta e implacable. La ves, por ejemplo, en que una leona se come a la cría de otra especie. Y me parece que está bien, somos una cadena alimenticia, desde el más chico hasta el más grande. Yo formo parte de eso, no estoy afuera. Sin embargo, creo que tenemos que comer menos carne y que podemos evitar el maltrato animal.
-Te va a costar volver a la actuación después de un producto tan “tuyo”…
-Me encanta actuar, pero si esto sigue, ¡no vuelvo más! Me tenés que llevar a un set de televisión a los cadenazos.
-Para preservar la especie humana, ¿pensás agrandar tu familia?
-(Ríe) Sí, los chicos me encantan. Quiero ser papá nuevamente. Seguramente en algún momento venga un bebé. Todavía no compramos la cunita, pero ya va a llegar.
ANTI GRIETA
”Al gobierno anterior le critiqué mucho la agresión que transmitía hacia distintos sectores. Me molestaba muchísimo su violencia. Ahora me está empezando a molestar que la agresión se esté dando vuelta, siento que va ´para el otro lado´. Entonces digo: ´Los que criticaban esa violencia, ¡no hagan lo mismo!´ Hoy si alguien opina algo diferente a lo que bajan del Gobierno, todos van contra él. ¡No puede ser que no se pueda opinar! Eso es lo que más me preocupa de la famosa grieta. No soy kircherista, nunca los voté, pero veo la grieta hacia ellos y me fastidia. La violencia es inconducente. Era muy importante que quien viniera después del gobierno anterior llegara para cerrar la grieta, nos hubiera hecho muy bien a todos.”
Muy buena nota me encanta todolo q hace pero q no deje la.ficcion por favor!!!
Donde anda fede