Viene de trabajar largo y tendido con La Rayada, la banda que formó con su pareja, el músico Oscar “Osqui” Righi (ex Bersuit Vergarabat) y cuyo primer disco homónimo, bien rockero y potente, sorprendió a propios y extraños.
En todo ese tiempo, desde comienzos de 2015 digamos, la tele pasó a una suerte de compás de espera en su vida. En aquel entonces Romina grababa Noche y Día, novela policial en la que hacía dupla con Facundo Arana pero tras la muerte de su padre, y de una serie de profundos ataques de pánico, decidió dar un paso al costado.
Hoy, a comienzos también de un nuevo año y de una nueva ficción, la historia parece haber quedado atrás y la actriz se muestra más que feliz con su vuelta a la pantalla chica como Sienna, la principal villana de la flamante tira juvenil de El Trece: Simona.
-Tras el parate estos años, ¿te costó adaptarte a una nueva rutina de grabaciones diarias?
-No, para nada. Fueron muchos años de hacer tele, desde la época en que las grabaciones diarias llegaban a las 12 horas… Las viejas épocas.
-Ahora con Simona te volvió a tocar ser la mala de la historia. ¿Te gusta eso?
-Sí, es muy divertido, tenés miles de licencias con una villana, sobre todo cuando se trata de una comedia de este estilo. Con un culebrón también. Ya he tenido varias experiencias así, desde Yago, pasión morena, hasta Amas de casa desesperadas.
-Tu personaje actual, Sienna, viene del mundo de la moda…
-Sí, es una ex modelo reconvertida en blogger o influencer de moda… Muy divertido todo. La verdad es que cada vez me llevo mejor con el “mundo fashion”. De hecho, vengo trabajando bastante con el vestuario de la banda y en lo personal también me permito jugar con mis looks.
-¿Cómo definirías tu estilo?
-Sin estilo (ríe). Indefinido realmente. O al menos muy cambiante. Me parece que la ropa siempre tiene que ver con los estados de ánimo. Y yo siempre fui muy camaleónica. Pero no es algo que padezca, al contrario, me divierto con mi ciclotimia.
-Ahora, de hecho, cambiaste tu color de pelo y volviste al colorado…
-Sí, fue una idea de la producción y me encantó. Mi primer trabajo como actriz lo hice con un rojo furioso: David el Rey, el musical de Pepito Cibrián. Y una cosa más que no muchos saben: cuando nací era colorada, con los años fui mutando al castaño. Pero algo siempre queda, de hecho cuando tomo sol enseguida me pongo toda colorada y me salen pecas.
“Con el asunto de Calu y Juan no me puedo meter. Espero que la justicia se encargue, sólo eso…”
-¿A tu novio le gustó el nuevo look?
-Sí, le gustó. Se sorprendió bastante, no se lo esperaba para nada. Un día aparecí así, sin aviso previo…(ríe)
-Tu pareja en la novela es Juan Darthés, un actor que en este último tiempo estuvo…
-(Interrumpe) En el ojo de la tormenta, sí… Fue algo muy sorpresivo para mí. La verdad es que venía encendiendo muy poco, por no decir nada, la televisión y un buen día me enteré del tema en medio de las grabaciones. Me sorprendió mucho. Y con los días lo fui hablando con él, preguntándole cosas, escuchando su relato…
-¿Le creés?
-No me puedo meter a responder algo así. No tengo forma de opinar de algo que desconozco. No me puedo meter. Lo único que puedo decir es que espero que la justicia se encargue… Es un tema de su vida privada, un episodio que sólo ellos dos, Juan y Calu, conocen de verdad. Por respeto a ambos prefiero mantener silencio. Yo en esta tira voy a trabajar, hago lo mío y me vuelvo a mi casa.
-¿Cambió el clima de la grabaciones a partir de lo que sucedió en los medios con el tema?
-No, no. Y te repito: por respeto a ambas partes, no me quiero meter.
-Es indudable que te tocó estar en un lugar difícil. Y lo curioso es que no es la primera vez. Hace poco fuiste telonera con La Rayada del regreso a los escenarios del Pelado Cordera, otro hombre muy cuestionado en estos últimos tiempos por temas relacionados a la mujer…
-No son casos similares… Una cosa es irse de boca y otra cosa muy distinta es esto otro. No es lo mismo. Yo a Cordera lo conozco hace muchos años, puedo tener una opinión de él, pero se la digo de manera privada. No quiero echar más leña al fuego.
-Ahora vuelven a tocar con él y su banda en Niceto Club, ¿verdad?
-Sí, en febrero. Estamos tocando bastante, cambiamos de manager, de agente de prensa… Estamos muy activos, moviendo varias fichas, haciendo una especie de refresh. En breve grabaremos un nuevo videoclip y ya estamos pensando las canciones para el segundo disco.
-¿No temés que la cantante le quite tiempo a la actriz?
-No. Son cosas muy distintas. Y bellas a la vez. La actuación es mi primer amor. Actuaré toda mi vida. Y la música es algo que me acompaña desde que estuve en la panza de mi mamá, cuando mi viejo me ponía auriculares para que escuchara jazz. Se modifican un poco los tiempos pero sigo conectada con ambas esferas. Como te decía, ya estamos preparando el nuevo disco…
-¿Se van mantener independientes para ese segundo álbum?
-Hay que ver, no lo sé. Pero lo cierto es que no estamos desesperados por el llamado de una compañía disquera. Hoy en día podés subir tu música a diversas plataformas, la cosa va por ahí. El público consume música y ficción a través de la computadora, del celular…
-¿Estas adaptada a estos nuevos tiempos? ¿Ves series en tu celular por ejemplo?
-No, a tanto no llego. Soy medio chapada a la antigua. Sí, uso Netflix y otros servicios de…. ¿streaming se dice? (ríe). Veo series cuando puedo, la última con la que me enganché, después de ver completa Dowton Abbey, es The Crown.
-Con Oscar van a cumplir siete años juntos. ¿Apareció algo de la famosa “comezón”?
-No, por ahora no. Cuando termine este 2018 te cuento… (ríe).
«No me imagino casándome. Me parece como demodé. Sí creo, y mucho, en el compromiso y en la fuerza de la palabra. Pero no necesito la bendición ni el visto bueno de nadie».
-Lo cierto es que muchos rehuirían de juntar trabajo y amor. Pero ustedes no…
-Tenemos una relación maravillosa. Estamos muy enamorados y nos llevamos realmente muy bien. Nos entendemos.
-¿Se viene el casamiento?
-Nunca me lo propuse. Te lo juro. Cada tanto nos hacemos chistes al respecto con Osqui pero no soy tradicional en ese sentido. No me imagino en una situación de boda. Me parece demodé. Sí creo, y mucho, en el compromiso. Y en la fuerza de la palabra. Pero no necesito la bendición ni el visto bueno de nadie.
-¿Creés en la figura de “el amor para toda la vida”?
-(Piensa) Creo más bien que el amor recién se empieza a ver a partir de varios años de vida. Por supuesto que existe el enamoramiento, el flechazo inicial, pero el verdadero amor aparece después. El comienzo siempre es la parte más fácil. Después viene la cosa. Ahí se ven los pingos…
-¿Con la rutina cómo te llevas?
-Es algo inevitable. ¡Aparece a los seis meses ya! (ríe) En serio. Pero no me preocupa, de hecho creo a full en la convivencia. Pero porque en el fondo creo un poco en todo. También en los grises y en que es posible llevar una linda pareja en casas separadas. Con Osqui convivimos pero a la vez tenemos una especie de segunda casa que es nuestro estudio de grabación. Pasamos mucho tiempo ahí, juntos y separados.
-Él tiene dos hijas, ¿verdad?
-Sí, de 21 y 18 años. Músicas ambas. Y muy talentosas. Iguales al padre, divinas.
-¿Qué te sucede hoy con tu propia maternidad? ¿Sigue en tus planes?
-Sí, me gustaría ser madre. Pero hoy le llego decir a Suar que estoy embarazada y me mata… (ríe). Más allá del chiste, lo cierto es que no es algo que planeo para ahora, aunque estoy abierta a lo que la vida disponga.
-No es una idea que te desvele…
-Nada me desvela.
-En tu última nota con LUZ hablaste bastante de tus ataques de pánico. ¿Es algo que quedó en el pasado?
-Mirá, con todos los especialistas que hablé me dijeron lo mismo: el ataque de pánico es algo que convive con todas las personas. Quizá ni siquiera te enterás que lo tenés, es algo muy relacionado a la ansiedad, a la angustia… No es más que eso. ¿A veces estoy ansiosa? Sí. ¿A veces me angustio? También. Pero creo que como cualquier otra persona.
-En aquella época lo sufriste un poco más y hasta decidiste alejarte del medio…
-Sí, la muerte de mi padre fue un proceso muy angustiante… Y por suerte tomé esa decisión en ese momento. Me ayudó mucho. Hoy me siento muy activa, con ganas de seguir trabajando a full. Sino, no estaría grabando una comedia diez horas diarias, planeando un nuevo disco, haciendo videoclips, colaborando con Greenpeace… Si tu pregunta apunta a eso, sí, me siento realmente muy bien.
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