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05/08/2018

Amy Adams: “Siempre quise pasar inadvertida”

Por Pablo Steinmann l Tras una gran seguidilla de trabajos en cine, recaló en la pantalla chica con Sharp Objects, donde interpreta a una periodista alcohólica y al límite de la autodestrucción. Sobre ese papel, su familia y la fama habla la más colorada debilidad de Hollywood.

Escurridiza, como su propia historia. Así es esta actriz nacida en Vicenza, Italia (pero criada en Colorado, Estados Unidos) que en pocos años sorprendió por su versatilidad, pasando de un cuento de princesas como Encantada, a un blockbuster como Superman (sigue siendo Luisa Lane) y a un drama como Animales nocturnos. También hizo reír en varias comedias musicales y emocionó en películas como Big Eyes, de Tim Burton. En su vida también fue todo sorpresa. Hermana del medio entre cuatro varones y dos mujeres, siempre quiso “pasar inadvertida”, como ella misma confiesa. De hecho, fue criada lejos de los teatros y y de la televisión y bajo los estrictos preceptos de la religión mormona. Sin embargo, por pura curiosidad se acercó primero al coro de la escuela y tras mucho insistir consiguió lo único que quería: estudiar ballet. La danza iba a ser su camino pero a los 18, y tras la separación de sus padres, empezó a interesarse por los musicales. Así comenzó una carrera que fue siempre en notable in crescendo. ¿Otra singularidad? Está en pareja hace más de quince años con su colega Darren Le Gallo, a quien conoció en clases de teatro en 2001 y con quien tuvo a su única hija Aviana, en 2011. “Ser madre me abrió las puertas a un mundo mucho más grande e impredecible. Desde entonces elijo mis trabajos con mucho cuidado y precisión. Quiero ser siempre una mamá presente, por más difícil que eso resulte”, afirma.

“Hay algo de las mujeres del sur de Estados Unidos, de su fuerza y de sus convicciones que me resulta íntimamente cercano”.

-¿Qué es lo que más te atrajo de Sharp Objects (domingos a las 22 por HBO)?
-La televisión y yo somos como grandes amigos que hace mucho no se ven. Por un tiempo hasta creí que nunca más nos reuniríamos de nuevo pero lo cierto es que la televisión de hoy se pobló de proyectos increíbles. El trabajo de Gillian Flynn (autora de Perdida) me interesa desde hace años y estar en una serie en la que ella es la autora no es cosa de todos los días. Contaré una infidencia: durante un tiempo estuve en tratativas para protagonizar la adaptación de su novela Lugares oscuros pero luego quedé embarazada y no pude hacerlo (N de la R: el papel finalmente recayó en Charlize Theron). La verdad es que es un placer trabajar con un texto de su autoría y bajo las órdenes de Jean Marc (Vallée, director de la también celebrada Big Little Lies).

-Camille, tu personaje, es una mujer que está siempre al límite de la perdición…
-Así es, y de veras intenta salir adelante. Es muy valiente en eso, en tratar de mantenerse sana aunque lo cierto es que carga con traumas muy grandes, que van de la violencia familiar al abuso. Son todos temas muy fuertes, que me interesaba tratar de una manera muy cuidadosa.

-La serie también toca de cerca un tema inusual como es la violencia auto infligida. Camille suele lastimarse cuando tiene sus mayores crisis…
-Gillian me recomendó leer un libro que se llama A Bright Red Scream (algo así como “Un grito rojo y brillante”) y la verdad es que me ayudó mucho para entender esta terrible problemática. Al principio es muy temeroso sumergirse en un tema así. Es dificilísimo de comprender. Mi hija apenas tuvo dos pequeños accidentes en los que se lastimó y tuvimos que ir al hospital y ya vivir eso para mí fue terrible. No quiero ni pensar en todo lo que pasa en la vida de Camille… Sin duda, sus heridas externas son una manifestación cruda de un dolor interno muy grande.

-¿Te resulta sencillo salir de un personaje así?
-No del todo. Una vez tuve una muy mala experiencia por ese tema durante la filmación de una película y desde entonces pongo mucho esfuerzo en no llevar el trabajo a casa. Suele ser más difícil cuando estoy sola, por eso ahora intento que mi marido y mi hija viajen conmigo todo lo que puedan. Me resulta más sencillo salir de un personaje cuando vuelvo a casa y me encuentro con mi hija o con actividades sencillas y cotidianas como hacer la cena. Siento que me bajan a tierra.

-Como “sureña” (criada en Colorado y Arizona), ¿pudiste entender mejor la cultura en la que está inmersa Camille?
-Sí, sin duda. En cierto modo, creo que estaré siempre ligada a los personajes sureños. Suelen ser mis favoritos. Hay algo de las mujeres sureñas, de su fuerza y de sus convicciones que me resulta íntimamente cercano. –

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