En plena cuarentena por la pandemia de coronavirus y sin ficción nacional nueva, se acaba de lanzar la Serie Historias Virtuales, cuyo objetivo es «brindar entretenimiento al espectador pero al mismo tiempo generar una toma de conciencia», tal cual explican sus creadores, el director y productor Juan Baranchuk y el autor, guionista y creativo Federico Frágola.
A pulmón y sin financiamiento (algo que están buscando), dicen que quieren «que Historias Virales, a través de la redes, propague un mensaje esperanzador, de ayudarnos los unos a los otros».
El virus avanza por el mundo, interrumpiendo nuestras vidas. Encerrarnos en nuestras casas para protegernos de este enemigo invisible es lo único que nos puede salvar, pero produce todo tipo de psicosis y conflictos.
Y en ese contexto llega Historias Virales, una serie de unitarios breves atravesados por la pandemia. Narrada con videollamadas y utilizando celulares, notebooks y otros tipos de dispositivos móviles, «iremos descubriendo a través de diálogos, acción y contexto los obstáculos externos e internos a los que se enfrentan los personajes de la serie», agregan.
En medio de semejante caos, Historias Virales es un buen refugio para conectarnos con nuestras familias, amigos y, sobre todo, con nuestras propias emociones.
La primera temporada consta de 8 capítulos, de entre 3 y 5 minutos. Y ya podés ver los dos primeros.
El primero se titula “No te olvides de mí” y está protagonizado por Hugo Arana y Moro Anghileri, bajo la dirección de Frágola & Baranchuk.
Una mujer habla con su padre que está en un geriátrico. Ella no puede ir a visitarlo, entonces se comunica a través de video llamada al celular de una enfermera, para poder hablar con él.
Él no la reconoce, ella le dice que no puede ir a visitarlo por el virus. Él la evalua, la confunde con alguna de sus novias. Ella se ríe. Hablan de lo que él hizo durante el día. Hasta que en un momento le recuerda que es su cumpleaños y saca una torta con el número 80, y empieza a cantarle el feliz cumpleaños.
Él por primera vez sonríe. Y comienza a cantar el feliz cumpleaños también.
En ese momento le dice por primera vez su nombre: Victoria. El hombre sopla la velita desde el geriátrico y, mágicamente, la velita, que está en la casa de la hija, se apaga.
El segundo es “Arriba esa cuarentena”, con Julieta Zylberberg y Lu Lifschitz (Director: Baranchuk)
Lula, en plan super productiva en la cuarentena, está animando a su amiga por videollamada para enseñarle unos pasos de baile en medio de la pandemia.
Sonia, su amiga, más pasiva, no está haciendo mucho: está desganada y prefiere estar recostada tomando vino. Lula la termina convenciendo y Sonia empieza a seguir el baile con la amiga.
Repentinamente Lula pega un grito: se acaba de meter una paloma en su departamento. Corre y se encierra en el baño. Las cosas se dan vuelta de repente y Sonia es quien empuja a Lula a salirse de la inmovilidad, guiándola y alentándola para ayudarla a sacar la paloma del departamento.
Lula termina en el sillón destapándose un vino mientras que Sonia ahora es quien está dispuesta a bailar. Brindan. Juntas, acompañándose, han logrado expulsar al intruso.
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