Huele a vacaciones. El sol nos llena de buena vibra y cálidas sensaciones. Aparecen en el outfit las sandalias, la ropa liviana y soñamos con el traje de baño, el mar, la pileta. Y aunque a esta altura, la mayor parte de la población es consciente de que la protección solar no sólo es una cuestión del verano, sino una buena costumbre a mantener todo el año, la época se presta para profundizar en las distintas alterativas para cuidarnos de la exposción solar. Según la dermatóloga Cristina Pascutto y asesora médica de laboratorios Pierre Fabre: “El concepto de fotoprotección lo tenemos que tener en cuenta los 365 días del año, pero cuando la intensidad de la luz ultra violeta (UV) es mucho mayor, la protección debe intensificarse. Mínimo se debe usar 30 FPS”.
Por su parte, la doctora Irene Bermejo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, opina que lejos de ser una cuestión de marketing, los infinitos formatos y los productos multiprósito son útiles a la hora de aprender a mantener la piel saludable. “Contribuye a entrenar a cada persona en el conocimiento y cuidado de su propia piel“, afirma. “En el caso de la presentación compacta con color es práctica e ideal porque además de brindar filtro solar aporta una capa de protección física que es además estética y matificante. La experiencia, me dice, ayuda a los pacientes a mantener este cuidado a lo largo del año“.
El ABC del cuidado
La piel es un escudo protector de todo el cuerpo, pero el sol debilita sus barreras naturales y por esto, la protección solar es el primer paso de toda rutina de cuidado y belleza. Es innegable que la acción solar nos llena de vida, placer y vitamina D, pero también daña, produce fotoenvejecimiento de las células, deshidrata y hasta puede producir cáncer. Los datos del Instituto Nacional del Cáncer arrojan que cada año mueren unas 2400 personas por tumores de la piel y que el daño solar es acumulativo e irreversible. “La piel tiene memoria, la radiación acumulada es irreparable: penetra hasta el ADN de las células y puede originar cáncer”, aseguran desde la institución y exhortan a tomar medidas para preservarse. Por supuesto, la medida de protección más natural es un sombrero, camisas de mangas largas y colores claros, evitar exponerse al sol directo entre las 11 y 16 horas. Pero a la hora de elegir la protección de la mano de la cosmética, hay conceptos que debemos conocer. “Las pantallas o protectores filtran o reflejan las radiaciones ultravioletas A y B impidiendo que la piel se dañe. Tienen una graduación llamada SPF que mide su índice de protección“, especifica Patricia Dermer, directora de Lidherma y representante de la Skin Cancer Foundation. Esta pantalla se da por medios físicos o químicos. En el primer caso, los productos contienen minerales. Son tolerados por las pieles sensibles, muy blancas o altamente fotosensibles: les sirven de escudo, ya que este tipo de piel tiene fallas en su defensa natural. Sus componentes actúan como minúsculos espejos que reflejan los rayos solares haciendo que los fotones reboten. Se caracterizan por texturas más espesas y un efecto menos duradero, por lo que se debe repetir la aplicación con mayor frecuencia que con los filtros químicos. Estos últimos se activan mediante reacciones fotoquímicas, absorbiendo los fotones de los UVB, UVA e infrarrojos y modificándolos para minimizar el impacto.
Plus de beneficios
Pero a la función básica, se le suman otras, consecuencia de la constante evolución de la industria, que está siempre modernizándose y ofreciendo mayor variedad enfocando las necesidades de los usuarios y aplicando nuevos descubrimientos científicos. Actualmente, estos productos son mucho más que filtros solares. “La industria farmacéutica y cosmética sigue investigando nuevos principios activos y formas de vehiculización que hagan más práctico y eficiente el uso del protector solar, siempre enfocada en la experiencia del usuario y la excelencia el producto“, destaca Graciela Cuomo, médica dermatóloga y asesora de RoC. En sintonía, la doctora Pascutto destaca: “Los protectores de nueva generación tienen que ver con la incorporación de activos que van cumpliendo necesidades diferentes, por ejemplo las sustancias lipídicas que hacen que se restaure la barrera cutánea como la nueva línea de A-derma con aceite extraído de la plántula de la Avena rhealba, eso hace que no tenga proteínas y así no resulte hipersensibilizante, pero sí altamente restauradora de la barrera cutánea, es ideal para pacientes alérgicos“.
Los beneficios extra van desde la reparación, las cualidades calmantes para pieles sensibles, la textura cada vez más agradable y perfumada para combatir el desagradable perfume que tradicionalmente desprendían, y la doble función de proteger del sol y maquillar a la vez, apuntando a tapar imperfecciones, capilares dilatados, rosásea, manchas, entre otros inconvenientes. “La tendencia es hacerlos tan usables que no haya excusa para no aplicarlos -explica Cuomo-. Las formulaciones actualmente incluyen valores cosméticos como tonalidad, activos antienvejecimiento, activos anti inflamatorios e hidratantes para evitar la desecasión“. En síntesis, el protector solar es actualmente un producto completo que aporta amplios beneficios además de la protección.“Si además, podemos elegir fórmulas sutentables y biodegradables, aparte de cuidarnos, estaremos cuidando el medio ambiente, el océano que tanto disfrutamos“, subraya por último Pascutto. Alternativas infinitas que nos dejan sin excusas para no cuidarnos.
Derribando mitos
> La fecha de caducidad de los productos es la que figura en los envases, no es cierto que una vez abiertos tienen validez sólo por un año.
> No existe el bloqueador solar, los protectores solares protegen del sol, pero no logran que los rayos no penetren, sino que filtran el impacto de la radiación.
> Los protectores waterproof nos cuidan dentro del agua, pero pasada media hora es coveniente salir y reaplicarse el producto, más aun si nos secamos con toalla.
> El mismo producto no sirve para cara y cuerpo. Es conveniente tener dos, ya que la piel del rostro es mucho más fina y existen protectores que por sus componentes detienen el envejecimiento.
> Los días nublados hay que usar la protección que acostumbramos (lo recomendado es FPS 50) porque el sol sigue teniendo un efecto nocivo en la piel aunque no lo veamos.
Cómo, cuándo y cuánto
El doctor Matías Maskin, dermatólogo asesor de La Roche- Posay, indica que es importante aplicar el protector al menos 30 minutos antes de exponernos. Además, habrá que prestar atención a zonas como orejas, cuello, escote, parte frontal de las axilas, parte posterior de las rodillas y pies. Reaplicar si ha habido baños de mar, pileta o sudoración importante. Como regla general, renovar cada dos horas es un buen ritmo.
Buena Nota. Igual estoy notando que los nuevos protectores provocan mas reacciones alergicas que los anteriores