Por la Dra. Cristina Sciales*
En invierno hay que tener en cuenta no solo las bajas temperaturas y el viento frío, sino más que nada los cambios de temperatura del frío al calor a los que se ve sometida la piel todo el tiempo, exponiéndola a ambientes climatizados, sumándole el uso de ropa abrigada y alteraciones inmunológicas, donde se acentúa la pérdida hídrica cutánea.
Esta reducción de los niveles de hidratación de nuestro cuerpo nos dará síntomas como irritación, rojeces, picor y tirantez de la piel. Podemos sumar el efecto estresor de la cuarentena, más allá de los cambios hormonales (como cortisol etc.), que también tienen un efecto en la inmunidad produciendo “citoquinas inflamatorias” que nos pueden empeorar la deshidratación.
Todo esto sumado suena, que como la “tormenta perfecta” para la piel, es en realidad una condición temporal que nos está afectando y puede producir cierto daño que nos lleva a un envejecimiento “precoz”.
Si actuamos a tiempo podemos revertirlo fácilmente con estos principios básicos:
Limpiar la cara: es muy importante para contrarrestar lo antes mencionado, mantener ciertas rutinas como limpiar la cara de día y de noche, aunque no nos maquillemos dado que los poros se dilatan y eso hace que sea importante su limpieza diaria, cuidar la temperatura del agua porque el exceso de calor causa deshidratación (ideal entre 25 y 30 º).
Desmaquillarse bien: preferentemente con un producto que se adapte a tu tipo de piel, y realizar masajes circulares muy suaves, nunca utilizar alcohol porque reseca más la cara.
Tomar mucha agua: consumir entre 1 y 2 litros de agua diariamente en lo posible. En invierno es habitual disminuir la ingesta de agua, pero se recomienda para oxigenar y limpiar la piel. El agua mantendrá la piel suave e hidratada, joven y esponjada, al mismo tiempo que ayuda a eliminar toxinas por lo que tendrá un papel positivo en las pieles con acné. Es importante desarrollar la capacidad de saber cuándo tu cuerpo te pide hidratación y descartar esa necesidad con refrescos u otras bebidas.
Un maquillaje liviano y no abusivo durante el día porque a veces contienen químicos fuertes que resecan la piel.
Comer sano: para evitar que la piel se torne grasosa dejando dulces, fritos, comida chatarra. Comer mucha fruta y verdura para hidratar e incorporar vitaminas y minerales.
Usar una crema hidratante: de acuerdo al tipo de piel, especialmente las que son livianas y con factores de hidratación, por ejemplo con ceramidas, ácido hialurónico, células madre, etc.
Todo el cuerpo: Usar las mismas rutinas de cuidado con la piel del cuerpo.
Exfoliarse: Lo mejor es exfoliarse una vez por semana o cada diez días (no se puede abusar de la misma porque lograremos el efecto inverso dado que la piel se defiende y aumenta el turn over, engrosando la capa córnea, que nos aumenta la opacidad y la vuelve refractaria a la humectación).
El scrub puede ser casero: Por ejemplo, con leche en polvo con azúcar, etc. o alguno adquirido (los mejores son los que tienen glicolico y ácido salicílico). Lograremos mejor penetración de las cremas hidratantes, luminosidad, tersura y cerraremos los poros. Nunca abusando.
Evitar alcohol y cigarrillo: No solo resecan la piel sinoque envejecen con facilidad y aceleran la aparición de arrugas.
Cómo elegir el mejor producto
Tienen que cumplir los 3 principios: ser humectante (controla la pérdida de agua que contiene la piel), emoliente (suaviza y mejora la textura y por lo tanto brinda una mejor apariencia) e hidratante (evita la deshidratación ayudando a incorporar agua y disminuye los signos de sequedad, mejora la elasticidad y facilita su aplicación).
No tenemos que olvidarnos del “contorno de ojos” una zona delicada y donde aparecen pequeñas arrugas al menor signo de deshidratación. Por eso usaremos productos específicos como serums. Y en cuello y manos agregamos nutrición porque son lugares que muestran envejecimiento rápidamente.
Apenas podamos acceder a un tratamiento en consultorio se procederá a efectuar un peeling suave y luego se oxigenará la piel. Dos elementos fundamentales para lograr un efecto glow y antiage. Esta es la mejor época para ir preparando la piel para el verano.
Recuerden: La constancia es nuestra mejor aliada para la piel.
*Dra. Cristina Sciales: Clinic Aesthetics & Antiaging. Instagram: @csciales
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