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08/03/2019

Chica de Tapa

Delfina Chaves: “Si no tenés bien la cabeza no podés dedicarte a esto»

Por Alejandra Mourin | A horas del estreno de la superproducción del Trece, Argentina, tierra de amor y venganza , la actriz nos adelanta su personaje y afirma: «si fuéramos contemporáneas me juntaría con ella a tomar una birra». Además, habla del medio, de su hermana y de la «superficialidad» de las redes sociales.

Acaba de cumplir 23 años, hace dos que vive sola, no tiene novio y sabe perfectamente qué quiere y qué no. Sabe hacia dónde quiere ir y, también, que el camino que debe recorrer puede ser amplio, largo y diverso. Pero está dispuesta. Se define introspectiva, un “poco ermitaña” y, cuando habla, se nota que hace un gran trabajo consigo misma. Busca conocerse. Busca entenderse, cuidarse y resguardarse. Delfina Chaves siempre supo que quería ser actriz y estudia desde muy chiquita. Tuvo un profesor de teatro en el colegio que la incentivó, pero está segura de que se hubiese dedicado a la actuación de cualquier manera, aunque el contexto o la historia hubiesen sido diferentes. “Tuve una infancia bastante difícil y en el teatro encontré un escape. También un lugar en el que podía compartir con mi mamá. Ella iba a teatro y yo la acompañaba. Un día decidí tomarme esto en serio”, cuenta. Para eso viajó dos veces a Los Ángeles, pasó por varios institutos y estudió con Francisca Ure. Ya formó parte de La leona y Amar después de amar (Telefé), La casa del mar (Directv) y Edha, la primera serie de producción argentina para Netflix. A punto de estrenar a Lucía, su personaje en Argentina, tierra de amor y venganza, la nueva tira de Pol-ka para El Trece, en la que comparte cartel con Benjamín Vicuña, Gonzalo Heredia y la China Suárez, está convencida de que actuar no tiene que ver solamente con ir a escuelas, sino también con trabajar sobre uno, hacer terapia, viajar, aprender a estar solo. “Con los años me di cuenta de que, aparte de tomar clases, tenía que hacer un trabajo riguroso sobre mí misma porque si no tenés sana la cabeza creo que no podés dedicarte a esto”, dice.

-¿Te psicoanalizás?
-Sí, hago terapia desde los 17. Cuando entro en períodos de mucho rodaje, como ahora, voy una vez cada 15 días porque como tengo que llegar a mi casa y seguir estudiando escenas para el día siguiente, es casi imposible. Si hay momentos en que necesito, voy. Pero después de haber ido tanto tiempo, ya tengo herramientas con las que me puedo manejar sola.

-¿En qué momento de tu vida te llega este papel?
-Es un momento en el que estoy creciendo un montón como persona y como actriz. Al principio creo que no tuve dimensión del personaje y el proyecto. Hice un casting, quedé y surgió toda esa euforia y emoción de que me dijeran que iba a ser yo. Y después hubo un momento en que dije ‘ok, voy a tener que trabajar muy duro’. Me di cuenta de que no existe el camino fácil. Yo nunca creí que las cosas que valen la pena se pueden conseguir fácil, pero me encuentro aprendiendo mucho, ganando muchas herramientas. Me estoy descubriendo mucho a mí misma, con mis inseguridades. Con cosas que me ayudan a crecer.

-¿Qué significa para vos tener un coprotagónico en una telenovela de estas características?
-Yo hago lo que sé hacer: actuar. Siento el culo en la silla, estudio y voy al otro día a grabar. Trabajo. Después, si es un protagónico o no, no nos podemos cargar sobre los hombros el hecho de tener un personaje más importante. Si no, nos come la presión. No significa que no esté nerviosa. Y que a cada persona que me pregunta cómo me está yendo le conteste que estoy nerviosa, ansiosa y entusiasmada. Y que ya quiero ver lo que se está grabando y que salga al aire. Yo me levanto todas las mañanas muy temprano para poder estudiar las escenas y luego voy a grabar, vuelvo y sigo estudiando. Lo hago con este personaje y lo haría con cualquier otro.

-¿Cómo es Lucía?
– Si fuéramos contemporáneas, yo me juntaría con Lucía a tomar una birra, a discutir sobre grandes escritoras y películas feministas. Pero ella es de una época en la que el feminismo y todo lo visionaria que es, le resulta una carga. De repente se da cuenta de que tiene ideas que no corresponden a su época, entonces no sabe en dónde poner toda esa fuerza. Está muy sola con todo esto que le pasa.

-¿Cómo lo compusiste? ¿Estudiaste sobre la época?
-Yo tengo como una gran virtud, que me encanta y la celebro mucho en mí, que es que a mí me gusta mucho aprender. Disfruto mucho del proceso de aprendizaje y dejo que me enseñen. Pregunté mucho sobre la época, leí. Es un proceso que para cada personaje es muy distinto y tiene que ver con leer, con ver películas, con estar solo. Estar mucho tiempo sola y pensar en qué lugares de mí resuena este personaje. Qué puedo usar de Delfi para darle vida a Lucía.

“Soy introspectiva, muy para adentro. Me cuesta un poco la cantidad de gente, los encuentros sociales grandes”

-¿Cómo te definirías?
-¡Uh! ¡Esa pregunta es muy amplia! No sé. La verdad es que estoy siempre en constante cambio y estoy siempre como mutando. No sé si tengo una palabra, una oración que me defina. Sí soy muy introspectiva, muy para adentro. Me cuesta un poco la cantidad de gente, me cuestan un poco los encuentros sociales muy grandes. Soy más retraída, soy de irme para adentro. Autorreflexiva. Me cuestiono mucho mis cosas, el mundo.

-¿Cómo te ves de acá a unos años? ¿Hacia dónde creés que va tu carrera?
-Hay algo que se me viene cumpliendo como patrón y que es que siempre voy hacia el desafío. Cada año que pasó desde que tengo 18, desde que terminé el colegio, fue de un desafío nuevo. Ya sea por algún proyecto, o porque no estoy trabajando y tengo que encontrarme conmigo misma. Espero que sea con proyectos como este, que me queden muy alejados de mi zona de confort. Ojalá sea todo el tiempo probando cosas nuevas. Diciendo “es por acá; no, por acá”. Equivocándome,levantándome, laburando mi frustración, laburando mi ego. Te juro que en este último tiempo no tuve ni un solo momento de zona de confort. Así me veo y ojalá siga así.

-¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando?
-Me vuelvo como muy ermitaña. Apago el celular y leo. Muchísimo. Me gusta mucho el cine, ver películas, irme de viaje. Eso: viajar, ver cine y leer. Pero leer por sobre todas las cosas. Creo que es lo que más me desconecta.

-Tenés casi medio millón de seguidores en Instagram¿Cómo es tu relación con las redes sociales?
-Me la cuestiono mucho. Siempre que posteo una foto me siento una boluda diez minutos después de hacerlo. Es un lugar muy superficial. Es como un recorte de la realidad y siento que son súper dañinas. A veces me escriben chicas de 12 años y me dicen “ay, Delfi, me encanta tu vida, me encantaría ser vos” y a mí me dan ganas de decirles “no, no, no ¡no saben cómo se están equivocando!”. Estamos mostrando un mundo de buenos perfiles y de “esta ropa me queda bien, este plano me queda mejor” y no, es todo mentira. No me siento cómoda con las redes sociales, la verdad.

-¿Llegó la hora de dejar de ser “la hermana de Paula” y que Paula empiece a ser “la hermana de Delfina”?
-(Ríe) Paula es mi hermana, yo soy la suya. Gonzalo es mi hermano y lo es de Pau. Somos tres hermanos. Para mí es un honor. Ella se hizo muy conocida, entonces es lógico que cierta gente diga: “ah, sí, es la hermana de Paula”. No tengo rollo con eso. Yo me gané mi lugar porque me rompí el lomo estudiando y en los castings. Sufro todos los días porque cada día es una dificultad para mí y un desafío y todos los días estoy creciendo y tratando de ser mejor, así que el que me llamen “hermana de Paula” a mí no me modifica en nada porque yo tengo muy en claro lo que hago para estar acá en donde estoy. –

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