Los desfiles internacionales siguen marcando el ritmo de la moda. Cada vez más rápido las tendencias de las principales pasarelas del mundo llegan a las vidrieras locales y se adaptan a diversos estilos. Inspiración militar, abrigos matelassé y cierres por doquier son tres ítems a los que nadie podrá escapar esta temporada.
En pie de guerra
Conscientes o no, los grandes diseñadores se hicieron eco de una realidad: las mujeres pelean un sinfín de batallas cotidianas y necesitan outfits adecuados para ir al frente. La paleta abunda en variantes de verde y ciertos tonos de marrón que muchas veces se combinan entre sí en estampas camufladas.
Las tipologías remiten a los uniformes: parkas con capucha, tapados entallados y pantalones con pinzas son los elegidos. Cuero y lana son dos materiales fetiches en estos looks.
Bajorrelieve
El efecto matelassé está de vuelta. Algo de volumen, otro tanto de abrigo y mucho de estilo. Esa parece ser la fórmula perfecta y los diseñadores la aplicaron a todo tipo de prendas: desde faldas entalladas hasta abrigos tipo poncho pasando por camperas bomber (un clásico) y minis urbandas. Chanel y Dior lo adoptaron, ya hace tiempo, como una marca de identidad: la primera, con rombos tradicionales y la segunda simulando un cannage, una rejilla de mimbre muy utilizada en sillas durante el siglo XVIII.
Hay para todos los gustos: en telas metalizadas, combinados con tejidos a dos agujas, con apliques, bordados y en un sinfín de colores. Contra todo pronóstico, esta técnica -asociada habitualmente a indumentaria informal o deportiva- resultó ser súper versátil. Tanto, que hasta lució impecable en vestidos de fiesta con corte sirena.
No cierra bien…
De metal y bien visibles, los cierres dan un paso al frente y vuelven a ser protagonistas en el vestuario. Tan versátiles como polémicos, llegaron para quedarse. Mientras muchas amantes de la moda aplaudían los extravagantes jeans que crearon en conjunto Vetements y Levi’s, otras tantas gritaban “¡Horror!”. Es que, fiel a su esencia, la marca francesa volvió a cuestionar al mundo fashion, esta vez con pantalones cuyos cierres van del frente a la espalda y otros -también de dénim- con cremalleras que van del tobillo al muslo.
En faldas, vestidos y pantalones, se usan los cierres a la vista, con detalles en las hebillas evitar que pasen inadvertidos. También se llevan los suéteres y buzos con cierres de metal en el cuello y el avío imprescindible para bolsillos, zapatos y hasta borceguíes que ya no llevan cordones.
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